ALGUNAS DE LAS CITAS MÁS BELLAS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

Santo Tomás de Aquino fue un brillante filósofo y teólogo, y es doctor de la Iglesia. Incluso hoy, sus escritos nos hablan poderosamente

Dominio público

Santo Tomás de Aquino merece el término médico “angelical” por más de una razón. Este fraile y predicador italiano, proclamado Doctor de la Iglesia en 1567 por el Papa Pío V, era famoso por su pureza (León XIII enfatiza su “perfecta integridad de la moral”) y su luminosa inteligencia. En su motu proprio Doctoris Angelici , el Papa Pío X se refiere a “la cualidad casi angelical de su intelecto”.

Aquí le ofrecemos una antología de citas llamativas e inspiradoras, extraídas de la Summa Theologiae , la Summa Contra Gentiles y los Sermones Catequéticos sobre el Credo de los Apóstoles , que reflejan maravillosamente la claridad de su alma.

El amor es la perfección de la vida cristiana.

“Se dice que una cosa es perfecta en cuanto alcanza el fin propio, que es su perfección última. Ahora bien, es la caridad la que nos une a Dios, que es el fin último de la mente humana, ya que “el que permanece en la caridad, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Jn. 4,16). Por tanto, la perfección de la vida cristiana consiste radicalmente en la caridad”. ( Summa Theologiae II-II, q.184, a.1, co )

Es mejor iluminar que simplemente brillar

“Porque así como es mejor iluminar que simplemente brillar, también es mejor dar a los demás los frutos de la propia contemplación que simplemente contemplar”. ( Summa Theologiae IIa-IIae, q.188, a.6, co )

Necesitamos la gracia de Dios para elevarnos hacia él.

“La naturaleza humana necesita la voluntad gratuita de Dios para elevarse a Dios, ya que ésta está por encima de su capacidad natural”. ( Summa Theologiae III q.2, a.10, resp )

La perfección espiritual es para todas las edades.

“Ahora bien, el alma, a la que pertenecen el nacimiento espiritual y la edad espiritual perfecta, es inmortal; y así como puede alcanzar el nacimiento espiritual en la vejez, así también puede alcanzar la edad (espiritual) perfecta en la juventud o la niñez; porque las diversas edades del cuerpo no afectan al alma”. ( Summa Theologiae III, q.72, a.8, co )

La risa es esencial para el ser humano.

"El hombre no puede existir sin tener la facultad de reír". Summa Theologiae I, q.44, a.1, ad 1 )

Cristo fue tentado por nosotros.

“Cristo quiso ser tentado; primero para fortalecernos contra las tentaciones. (…) En segundo lugar, para que seamos advertidos, para que ninguno, por santo que sea, se crea seguro o libre de tentación. (…) En tercer lugar, para darnos un ejemplo: para enseñarnos, es decir, a vencer las tentaciones del diablo. (…) En cuarto lugar, para llenarnos de confianza en su misericordia”. ( Summa Theologiae III, q.41, a.1, resp )

La fe requiere buena voluntad

“El intelecto es movido por el mandato de la voluntad a asentir a lo que es de fe: porque 'nadie cree si no quiere'” ( Summa Theologiae, I-II, q.56, a.3, co )

Sólo Dios puede satisfacernos

“Es evidente que nada puede adormecer la voluntad del hombre, salvo el bien universal. Esto no se encuentra en ninguna criatura, sino sólo en Dios; porque toda criatura tiene bondad por participación. Por tanto, sólo Dios puede satisfacer la voluntad del hombre (…). Por tanto, sólo Dios constituye la felicidad del hombre”. ( Summa Theologiae I-II, q.2, a.8, co )

Nada de lo que Dios ha creado es malo en sí mismo

“Nada tiende a lo contrario, pues cada cosa se inclina a lo que le es semejante y propio. Ahora bien, todo ser busca un bien cuando actúa, como está demostrado. Luego ningún ser, en cuanto ser, es malo”. ( Summa contra Gentiles III,7 )

Los cuatro efectos de la fe

“La fe produce cuatro buenos efectos. La primera es que por la fe el alma se une a Dios. (…) El segundo efecto de la fe es que la vida eterna ya ha comenzado en nosotros; porque la vida eterna no es otra cosa que conocer a Dios. (…) El tercer bien que proviene de la fe es la recta dirección que da a nuestra vida presente. (…) El cuarto efecto de la fe es que por ella vencemos las tentaciones”. ( Sermón sobre el Credo de los Apóstoles )

Mathilde De Robien 

Fuente: Aleteia