El Santo Padre envía un videomensaje a los internos del "Centre Penitenciari Quatre Camins" de Barcelona, invitándolos a solucionar lentamente el problema de cada uno e insertarse con gozo en la sociedad
Dominio público |
“Quiero que sepan que estoy
cercano, que rezo por ustedes, pero quiero que sepan que ustedes tienen a
Alguno que se ha jugado por todos, que se ha arriesgado por todos”. El Papa
Francisco dedica estas palabras a los presos del Centre Penitenciari Quatre
Camins, de Barcelona, en un videomensaje grabado durante un encuentro en el
Vaticano con el cardenal Juan José Omella y publicado el 25 de marzo por la
revista Catalunya Cristiana.
El Santo Padre confiesa que se
conmovió al escuchar sobre ellos y reitera su “sensibilidad especial” hacia las
personas que están en la cárcel. En efecto, desde el inicio de su Pontificado,
ha elegido lugares situados en las que él denomina "periferias
existenciales" para celebrar la misa de la Cena del Señor cada Jueves
Santo: prisiones, centros de refugiados, entre otros. Este año 2024, acudirá a
la cárcel de mujeres de Rebibbia, en Roma, donde lavará los pies a doce
detenidas y se encontrará con las trabajadoras del recinto.
El Pontífice les muestra una “cruz
linda” que condensa “lo que el Señor ha hecho por nosotros” y los invita a
prestar atención: “Jesús se juega y nos va a buscar y nos saca de nuestro
problema, de nuestra realidad. Jesús es el que se arriesga: agarrado de la mano
de la Padre, se arriesga para salvarnos”, enfatiza el Obispo de Roma.
El Sucesor de Pedro los anima a no
tener miedo, tener paciencia e ir caminando, no perder el horizonte y
“lentamente ir solucionando el problema de cada uno e insertarse con gozo en la
sociedad”. Luego, les asegura su oración y les pide que recen por él.
En declaraciones recogidas
por Catalunya Cristiana, Omella explica que los jóvenes de la prisión
habían realizado el retiro espiritual Effetà que les permitió
encontrarse con Jesús y abrazar la cruz de Cristo. El purpurado sostiene que le
impresionó el crucifijo presentado por el Papa, en el que se ve a Jesús de
rodillas, con un brazo tumbado hacia el Padre y el otro “agarrando a una
persona, estirándola para acercarla al Padre. ¡Qué imagen más bonita! Cristo,
sabiendo llevar su dolor, acercándose al pobre, para llevarlo al Padre.
¡Impresionante!”.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del
Vaticano
Vatican News