La meta
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Me regalaron un reloj de los que cuentan los
pasos que das a lo largo del día. Nunca había utilizado uno y vi que se podía
poner una meta a la que llegar: puse 10,000 pasos al día.
El primer día, me olvidé de ello y me dediqué a
estudiar. A la hora de cenar aún me faltaban 2,000 pasos para llegar. ¡Lo tenía
que conseguir! Me levanté a servir, a recoger los platos, iba por el refectorio
haciendo “zigzag” para alargar el camino... Hacia todo lo que supusiera dar más
pasos.
Pero no... No llegué.
Fue entonces cuando me di cuenta de que tener
la mirada en mi meta no me había hecho conseguirla como y cuando yo quería.
Pero a pesar de que había pasado el día sentada, volver la mirada a ella hizo
que me pusiera en camino y esto tuvo sus consecuencias: ayudé a servir, a
recoger la mesa, fui a por el pan, barrí la sala, hice un recado...
Todas las consecuencias que se derivan de
querer alcanzar algo son maravillosas. Tener un para qué no hace que puedas
conseguirlo, sino que sepas hacia dónde caminas.
¿Nuestro corazón? Solo lo tenemos que
configurar para santidad, sin confundirla con ser perfectos, con alcanzar los
pasos que queremos nosotros. La santidad es vivir de Cristo, con la mirada y el
corazón en Él y dejar que Él guíe nuestros pasos...
Unos darán muchos, otros daremos pocos, pero
siempre caminaremos en el Amor. Porque los pasos que cuentan muchas veces se
construyen desde el perdón, desde caernos y levantarnos dando la mano al
Señor... Sabemos hacia dónde caminamos, pero Él pone la meta cada día y nos va
llevando. Cristo solo necesita que le miremos y Él va haciendo el resto. Es Él
el que te sugiere.
Hoy el reto del amor es que configures tu
corazón hacia la santidad. Pon una cruz en tu bolsillo o en tu mesa que te
recuerde hacia dónde caminas. Santo, como eres, como estás. En tus fuerzas no
puedes, pero Él lo va a hacer en ti.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
10 febrero 2024
Fuente:
Dominicas de Lerma
