No es solo cumplir el precepto, sino hacerlo con todas las disposiciones internas y externas para lograr el mayor fruto en nuestras almas y vida diaria
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© P.RAZZO/CIRIC |
Estos diez consejos te ayudarán a integrarte en la comunidad católica y a vivir plenamente la Misa.
1. LLEGA SIEMPRE PUNTUAL
Incluso antes de iniciar la santa Misa. Recordar que el primer precepto de la Iglesia, que existe desde el siglo IV, es oír Misa completa o Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar y no realizar trabajos y actividades que puedan impedir la santificación de estos días.
Para esto es importante llegar a tiempo a la iglesia. ¿Para qué? Para prepararnos espiritualmente en oración haciendo nuestra oración personal. Incluso para mirar anticipadamente las lecturas aprovechando las hojas dominicales. Cuando se leen las lecturas del día antes de Misa tienes una buena idea de lo que dirá el Señor y servirá para entender mejor la homilía.
2. AL ENTRAR, SALUDA AL SEÑOR
Nunca entres despistado. Ve a buscar el Sagrario. Habrá una luz encendida indicando el lugar donde está reservado el Santísimo sacramento. Si la salud te lo permite arrodíllate completamente, o al menos la rodilla derecha al suelo (genuflexión), como señal de adoración y respeto al estar frente al Señor.
Una vez haces tu acto de adoración busca el lugar que
quieras, es preferible utilizar los primeros bancos.
3. SI TIENES QUE MOVERTE DENTRO DEL TEMPLO QUE SEA CON
RESPETO
Y cuando tengas que pasar de lado a lado de la misma,
pasando frente al altar, haz una reverencia profunda, aunque no haya empezado la Misa.
Si ya está el Señor en el altar, haz una genuflexión sencilla (rodilla derecha
al suelo).
4. OBSERVA EL SILENCIO
Habrá personas orando, preparándose para la confesión o
confesándose. Permanece en silencio u orando para prepararte y para respetar el
momento de los demás con Dios.
Observar el silencio antes, durante y después de la
celebración; a excepción de cuando necesariamente se ha de cantar o responder a
las acciones litúrgicas.
Considera que la Misa es algo sagrado; esto implica apagar
o silenciar el teléfono móvil, no lo pongas con vibrador porque te distrae y te
hace dependiente. Si por distracción olvidas apagar el teléfono móvil y te
suena durante la Misa, no salgas de la iglesia a responder, apágalo
inmediatamente.
5. VISTE CON DECENCIA
Es la casa de Dios. En el lugar donde se renueva
incruentamente el sacrificio de Cristo en la cruz, vístete con lo mejor que
tengas. Viste bien, pero por la dignidad del lugar y del momento y no para que
te luzcas ante la gente. No lleves vestimentas atrevidas aunque haga calor, ni
ropa deportiva, pijamas, shorts o chancletas.
6. GUARDA EL AYUNO EUCARÍSTICO
La Iglesia nos exige por norma un ayuno eucarístico de
una hora de comida y bebida antes de la sagrada comunión, a excepción del
agua y las medicinas (CDC 919).
El ayuno incluye el chicle antes y durante la celebración.
Esta norma no es opcional, y violarla conscientemente es sacrilegio. Observar
esta norma es signo de máximo respeto de quien identifica la presencia real de
Cristo en la Eucaristía; es también la preparación y correcta disposición para
recibir al Señor.
7. EDUCA A TUS HIJOS
Si son pequeños evita que jueguen molestando a los demás y
edúcalos en el respeto que merecen el lugar y el momento, así sabrán la
importancia que tiene.
Si son muy pequeños, o de brazos, y no puedes encomendarlos
a alguien, procura situarte en los bancos del final por sí es necesario salir
de la iglesia a tranquilizarlos en caso de que lloren.
8. RESPETA EL LUGAR EN EL QUE ESTÁS
Dice Jesús: «Mi casa será llamada casa de oración»
(Mt
21,13). Por tanto el templo parroquial no es lugar para tertulias; no
confundas la iglesia con una cafetería, no te sientes con las piernas cruzadas
como en los actos o reuniones sociales.
La Misa no es momento de expresar afectos personales. Si
estás con tu esposo (a) o novio (a), deja los cariños extravagantes para otro
lugar y momento. Ahora son tú y tu pareja, cada uno con Dios: vivan la Misa
como pareja, pero dirigidos a Dios.
9. CONCÉNTRATE SOLO EN ELLO
Participa activamente de la Misa y deja tus lecturas y
devociones para otro momento, ya sea para antes o para después de la
celebración. Durante la Eucaristía evita los desplazamientos innecesarios como
peregrinar frente a imágenes dispuestas para la devoción, esto obsérvalo sobre
todo en los santuarios.
10. NO FAVOREZCAS LA DISTRACCIÓN
En Misa abandona todo otro asunto o pensamiento. No
desvalorices la Misa con un corazón dividido, pensando en tus asuntos de
afuera.
No te ocupes en banalidades, ni mirando a los demás, mucho
menos con malicia u obscenidad. Tampoco la pases mirando el reloj, como si
tuvieras ganas de que la Misa acabara cuanto antes.
Henry
Vargas Holguín
Fuente: Aleteia