Parroquias por la Vida acompaña y patrocina a embarazadas en apuros y sus bebés, y evangeliza
Dominio público |
El Proyecto Raquel acoge y ayuda a
las mujeres que ya abortaron. Es una ayuda que aporta sanación espiritual,
acompaña a la mujer que va siendo consciente de la verdad de lo que hizo, pero
también del amor de Dios. Muchas
sufren síndrome postaborto. Otras veces la
herida alcanza a padres, abuelos, familiares cercanos, e incluso a sanitarios
que participaron en el aborto o no supieron evitarlo.
La
ayuda psicológica y la espiritual se dan la mano. En ocasiones, la mujer
arrepentida sabe que Dios la perdona sacramentalmente, pero le falta perdonarse
a sí misma psicológica o emocionalmente, y reconciliarse con su hijo,
fallecido, que descansa y espera en las manos de Dios.
Apadrinar, acompañar, vencer el miedo y
la soledad
Proyecto
Ángel se centra en el acompañamiento que vence al miedo y la soledad que sufren
muchas embarazadas abandonadas. Requiere voluntarios. Tras un periodo de
formación, estos voluntarios acompañan a las chicas: el padre del bebé se ha
fugado, los padres de la chica no la apoyan en su deseo de tener el niño. "A veces le dicen que está
loca, y que le pagarán un psicólogo además del aborto", denuncia
Cristina.
Proyecto
Ángel acompaña también a la madre al médico, a veces a segundos diagnósticos
cuando el primero sospecha que hay alguna enfermedad en el bebé, para dar más
alternativas, esperanza y visión. "Al final, el problema del aborto es consecuencia de la
soledad", denuncian.
"Está
mal el aborto, pero no
basta con decirle a la mujer 'está mal el aborto', sino que después hay que
también ayudarle en la situación en la que está”, explican.
Muchas
mujeres necesitarán una ayuda extra en los primeros meses de vida del niño,
cuando le resulta especialmente más difícil incorporarse al mercado laboral.
Por eso, las parroquias, hermandades y grupos parroquiales pueden organizarse
con este proyecto para "apadrinar" un niño.
"No
es tanto el salvar niños, como salvar también a la madre y ser conscientes de
las realidades que tenemos muy cerca de nosotros", dicen Jorge y Cristina.
Aseguran que cuando participas en un apostolado así, acompañando y ayudando, "te vas dando cuenta de
que te vas haciendo partícipe de esa misericordia de Dios, vas viendo a las
personas con los ojos de Dios".
¿Cristianos adormecidos? Que la
parroquia los despierte
Jorge
y Cristina avisan de que incluso entre los cristianos "la normalización
del aborto y de la eutanasia en el día de hoy nos tiene la conciencia un poco adormilada: hay que despertarla".
Por eso recorren las parroquias de la diócesis concienciando de la necesidad de
colaborar e implicarse en este apostolado.
Los
párrocos de la diócesis de Córdoba interesados (y otras personas que quieran
impulsar la acción provida en ambiente parroquial) pueden llamar al teléfono
639879938 (o a la delegación diocesana de Familia y Vida) para ir recibiendo la
información que precisen.
Pilar
Gálvez y Darío Reina, delegados diocesanos de Familia y Vida, detallan que Proyecto Ángel, además de
acompañar, es una iniciativa espiritual y evangelizadora. Con
iniciativas así, los cristianos quieren ser "rostro de la misericordia
para las víctimas de la cultura de la muerte", dicen.
En
la diócesis de Córdoba participan
por ahora en la iniciativa 14 parroquias y 2 conventos, y desde hace poco
organizan cada mes vigilias de oración por la vida, rezando por el fin del
aborto y por tantas familias que acompañan. Esperan que cada vez se vayan
sumando más parroquias y comunidades.
G. de A.
Fuente: ReL