PAPÁS: LOS BUENOS MODALES VUELVEN A ESTAR DE MODA

Esta semana nuestra colaboradora Mar Dorrio comparte a los padres de familia un punto clave sobre la educación en buenos modales y urbanidad que ha compartido en sus talleres en Madrid

Drazen Zigic | Shutterstock

Para hablar de buenos modales hace falta partir del hecho de que papá y mamá están en lo correcto cada vez que les dicen a sus hijos: «Siéntate bien, quita los codos de la mesa, mantén la boca cerrada mientras comes…» Estos pequeños detalles no solo los están moldeando para desenvolverse con elegancia, sino que están dotándolos de habilidades que muchas personas valoran más de lo que ellos podrían imaginar.

Sin embargo, el protocolo, los buenos modales y la urbanidad van más allá de eso, ya que solo cobran sentido si se practican desde la bondad y la compasión. Solo tienen sentido si se busca la caridad.

Tenemos que querer utilizar estas normas para hacer de este mundo un lugar más acogedor para quienes nos rodean. En cambio, si realizamos estas prácticas porque nos hacen sentir superiores a aquellos que no las conocen, entonces caemos en el error de despojarlas de su esencia.

Un medio para alcanzar la caridad

Los buenos modales son un medio para alcanzar un fin noble: la caridad. Si los convertimos en un fin en sí mismos, los vaciamos de su verdadero significado. Seremos los catetos del Cielo, que nos quedamos con el envoltorio y tiramos el caramelo.

Además, la elegancia y el buen trato tienen más que ver con nuestra forma de ser que con nuestro estatus. Se trata de saber escuchar, ser comprensivos, mostrar empatía, no criticar, y todo esto nada tiene que ver con las marcas de ropa que vestimos. 

Modales en la cena de Navidad

Con todo lo dicho en mente, y de cara a las celebraciones de Navidad y fin de año, vale la pena recordar juntos las normas de urbanidad en la mesa, ya sea como anfitriones o como invitados. Que el deseo de mejorar el ambiente para nuestros seres queridos nos ayude a recordar la importancia de mantener la urbanidad y el respeto mutuo en cada celebración familiar.

Un pequeño consejo para lograrlo: imprime un esquema sencillo de cómo se coloca correctamente la mesa y ponlo en el armario de la vajilla. Así, tus hijos ya no tendrán excusa para no hacerlo bien.

Y, que ante cualquier momento de duda, pensemos: ¿cómo lo haría Ella? Seguro que la Virgen, nuestra Madre, priorizaría la caridad frente a los buenos modales. Sería capaz de beber la sopa del plato si con eso conseguía que se sintiese más cómodo el que tuviese delante. Que la vida nos encuentre siempre mirándola a Ella.

Mar Dorrio

Fuente: Aleteia