La Oficina de Prensa del Vaticano publicó la noche del sábado 28 de octubre los resultados de las votaciones de la Relación de síntesis del Sínodo de la Sinodalidad 2023, el documento que servirá para la sesión del 2024.
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Crédito: Vatican Media. Dominio público |
Asimismo,
las tres partes están divididas en veinte capítulos, los cuales a su vez están
subdivididos en los apartados Convergencia, Cuestiones
por afrontar y Propuestas.
Para que un párrafo fuese incluido en la Relación
de síntesis, debía recibir la aprobación de al menos las dos
terceras partes de los 344 delegados con derecho a voto presentes en el Aula
Pablo VI.
Según
los resultados, presentados en tablas por secciones con el número de votos a
favor y en contra por cada párrafo, la introducción y tres párrafos sobre las
Iglesias orientales en comunión con Roma, la capacidad evangelizadora de las
personas con discapacidad y la escucha durante el proceso sinodal, recibieron
la mayor aprobación, con sólo un voto en contra.
De
los párrafos incluidos en el documento, los que recibieron más votos en contra
abordan cuestiones sobre el diaconado femenino, el celibato sacerdotal, la
inserción en labores pastorales de presbíteros que dejaron el ministerio y la
identidad de género, entre otros.
Diaconado femenino
En
una revisión de la versión en italiano, se observa que los
tres párrafos con mayor rechazo conciernen a propuestas para seguir estudiando
la posibilidad de permitir el diaconado femenino.
El
primero de estos es el párrafo “j” del capítulo 9. Este texto, que recibió 69
votos en contra, señala que mientras algunos delegados consideran que dar
acceso a las mujeres al diaconado sería una respuesta “apropiada” a los signos
de los tiempos y brindaría una “renovada vitalidad y energía”, otros advierten
que sería “inaceptable” en cuanto a la continuidad con la Tradición de la
Iglesia y expresión de una “peligrosa confusión antropológica” que alinearía a
la Iglesia con el “espíritu del tiempo”.
Por
su parte, el párrafo “n” del capítulo 9 —con 67 votos en contra— solicita que
se prosiga el estudio teológico y pastoral sobre el acceso de las mujeres al
diaconado, aceptando los resultados de las comisiones instituidas para ello por
el Papa Francisco, así como las investigaciones teológicas, histórica y
exegéticas ya efectuadas. Indica que, de ser posible, todo ello debería ser
presentado en la sesión de octubre de 2024.
Luego
viene el párrafo “i” del capítulo 11, que recibió 61 votos en contra. Allí se
afirma que las incertidumbres que rodean a la teología del ministerio diaconal
se deben a que en la Iglesia latina este fue restaurado como un grado propio y
permanente de la jerarquía sólo a partir del Concilio Vaticano II. Así, el
texto propone que una profunda reflexión al respecto permitirá iluminar la
cuestión del “acceso de las mujeres al diaconado”.
Celibato y sacerdotes que
dejaron el ministerio
Con
55 votos en contra, el siguiente párrafo con mayor rechazo es el “f” del
capítulo 11, el cual relata que durante la asamblea hubo diversas valoraciones
sobre el celibato sacerdotal. Entre estas, algunos se preguntaron si su
conveniencia teológica con el ministerio presbiteral deba traducirse necesariamente
en una obligación disciplinar en la Iglesia de rito latino, sobre todo donde
los contextos eclesiales y culturales la hacen más difícil.
De
acuerdo al documento, para un número de participantes se trata de un tema que
no es nuevo y que requiere ser revisado otra vez.
El
siguiente párrafo —con 53 votos de rechazo— es el “l” del capítulo 11. En él se
propone que se evalúe caso por caso y según los contextos para dar la
oportunidad de reinsertar a los sacerdotes que hayan dejado el ministerio, y
puedan participar en un servicio pastoral que valoren su formación y
experiencia.
Obispos de la Curia Romana
De
acuerdo al recuento de votos, el párrafo “k” del capítulo 13 ha recibido 44
rechazos. Este texto afirma que a la luz del Concilio Vaticano II es necesario
examinar atentamente si es conveniente ordenar obispos a los prelados de la
Curia Romana
Poligamia
El
párrafo “q” del capítulo 16 —con 43 votos en contra—, es un llamado a los
obispos de África y Madagascar a promover un discernimiento teológico y
pastoral sobre la poligamia y el acompañamiento a las personas que viven en
este tipo de uniones y que se acercan a la fe.
El
párrafo “g” del capítulo 15 —con 39 votos en contra— abarca varios temas, como
la identidad de género y la orientación sexual, el final de la vida, los
matrimonios con situaciones difíciles y la inteligencia artificial; temas que
presentan a la Iglesia nuevas preguntas. El texto afirma que a veces las
categorías antropológicas elaboradas no son suficientes para abordar la
complejidad de aquellos elementos que surgen de la experiencia y de la ciencia,
y exigen nuevos estudios.
Aunque
el párrafo destaca que el magisterio brinda criterios que pueden ser traducidos
en iniciativas pastorales, añade que también donde son necesarias nuevas
aclaraciones, el comportamiento de Cristo, asimilado en la oración y conversión
del corazón, indica el camino a seguir.
Lenguaje de los textos
litúrgicos
El
penúltimo texto con mayor rechazo —39 votos—, es el párrafo “q” del capítulo 9,
el cual pide que los textos litúrgicos y documentos de la Iglesia estén más
atentos no sólo al uso de un lenguaje que tenga en cuenta a hombres y mujeres
por igual, sino que también inserten una gama de palabras, imágenes y relatos
que logren dar mayor vitalidad a la experiencia femenina.
Finalmente,
está el párrafo “n” del capítulo 5, con 38 votos en contra. Este afirma que se
percibe la necesidad de una mayor creatividad a la hora de establecer
ministerios basados en los requerimientos de las Iglesias locales, con una
especial participación de los jóvenes.
Asimismo,
sugiere que se podrían ampliar las tareas del ministerio del lector que, en los
contextos adecuados, podría incluir también la predicación.
En
una de las conferencias de prensa llevadas a cabo durante el Sínodo, Paolo
Ruffini, presidente de la Comisión de información del Sínodo de la Sinodalidad,
explicó que este documento de “estilo simple” y meramente “transitorio”,
servirá para guiar los trabajos de cara a la segunda sesión que se realizará
dentro de un año.
Por Eduardo
Berdejo
Fuente: ACI