Durante todo el tiempo de Adviento se deben evitar los villancicos y reservarlos para la llegada de la Navidad
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Imagen referencial | Crédito: Michael Maasen/Unsplash |
El Adviento es
un tiempo especialmente dedicado a preparar el corazón para la Navidad. Las
distintas celebraciones de esta etapa del año van trazando un camino hacia ese
momento de gozo por la llegada del Salvador, y los diferentes aspectos de la
liturgia buscan simbolizar esa espera.
Hoy te traemos
algunas sugerencias para elegir la música que acompañe las celebraciones de las
cuatro semanas de Adviento, que este año comienza el próximo domingo 3 de
diciembre.
La época de
Adviento puede dividirse en dos partes: la primera, desde el primer domingo
hasta el 16 de diciembre inclusive, se centra en la segunda venida de Cristo al
final de los tiempos; la segunda, del 17 al 24 de diciembre, está enfocada
concretamente en su primera venida, cuando se hizo uno de nosotros y nació en
Belén.
El tono de la
primera parte es de preparación y súplica al Señor para que “venga a nosotros”,
mientras que en la segunda parte, junto a María y a José, disponemos nuestros
corazones para su nacimiento.
En cuanto a la
música, al ser el Adviento un tiempo de sobriedad, que contrasta con la
explosión festiva y ornamental de la Navidad, se permite el uso de instrumentos
siempre que sea con moderación o, de acuerdo al Ceremonial de los Obispos, “sin
que se anticipe la alegría plena de la Navidad” (CE 236).
No es un tiempo
tan austero como la Cuaresma. Por eso, a diferencia de ella, en Adviento se
canta el Aleluya. Sin embargo, durante sus cuatro semanas no se canta el
Gloria, excepto en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) y
en la fiesta de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre).
Para la
selección de los cantos prevalecen los del tiempo ordinario, recordando siempre
suprimir el Gloria.
Los diferentes
momentos de la Liturgia marcan la espera, y con ella la esperanza en el Señor.
En el caso del
Salmo, se recomienda cantarlo, o al menos la antífona de respuesta o
estribillo.
Uno de los
elementos más significativos del Adviento es la corona, en la que cada domingo
se enciende una vela, simbolizando la luz que crece a medida que se aproxima la
Navidad. Una buena idea es elegir un canto de cuatro estrofas para este
momento, e ir agregando una estrofa cada domingo, hasta completar el canto con
la última vela.
El tiempo de
Adviento es también un tiempo mariano, en el que la figura de la Virgen, Madre
de Jesús y Madre nuestra, cobra especial importancia, cobijando en su vientre
al Salvador. En ese marco, se aconseja culminar las celebraciones de este
tiempo con una canción dedicada a la Virgen.
Durante todo el
tiempo de Adviento se deben evitar los villancicos y reservarlos para la
llegada de la Navidad.
Por Julieta
Villar
Fuente: ACI
Prensa