Desde Él
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Anteayer tuve migraña, una de mis debilidades
que sufro de vez en cuando. La verdad es que cuando me da, me deja totalmente
inhabilitada. Solo puedo parar, descansar y esperar a que ceda el dolor.
Hoy que ya estoy bien, me doy cuenta de cómo un
dolor te paraliza para poder hacer tu vida diaria. A veces, luchamos por estar
bien o quitarnos el dolor cuanto antes, pero todo lleva un proceso y un tiempo.
Aquí está la sabiduría de vivir del Señor, Él nos muestra caminos para
aprovechar estas situaciones para un mayor crecimiento espiritual.
En el Evangelio, nunca vemos al Señor enfermo,
lo que sí vemos es cómo trata a los enfermos. Aquí es dónde podemos verlo
actuar. Ante la enfermedad, el Señor se muestra compasivo, paciente y cercano.
Mira a la persona y conecta con su sufrimiento. No la mira desde arriba, sino a
los ojos, porque sabe que la enfermedad es una prueba a superar.
En la enfermedad nos encontramos con nuestra
debilidad y podemos rebelarnos o aceptarla. La debilidad es inherente al
hombre, es lo que tenemos todos en común y lo que cambia es la manera de
vivirla.
Cristo te da la gracia para poder vivirla con
paz, y de esa paz nacerá en ti la paciencia contigo mismo y con los demás, para
que la enfermedad no te exaspere. Cristo te da un corazón agradecido, porque
cambia tu mirada; dejas de ver solo el sufrimiento y empiezas a ver ángeles que
te ayudan y te alivian.
Cristo te da la mano para unirte a Él y poder
entregar tu dolor al Padre. Con Cristo, el dolor y la enfermedad no son un
callejón sin salida al que te tienes que resignar. La enfermedad y el dolor son
una oportunidad para amar y dejarte amar, porque Él se te da y también muchas
de las personas que tienes a tu alrededor.
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor la
paz, la gratitud y la entrega, para poder vivir desde Él el dolor y la
enfermedad, como caminos de plenitud.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
28 noviembre 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma
