Una bellísima selección de frases de la Iglesia primitiva que conserva la actualidad de la verdadera sabiduría
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Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el
Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de
corazón.
Hechos 2,46
Si había una
característica que llamaba la atención de los primeros cristianos era la
alegría. ¿Cuál era su secreto? Ellos mismos lo revelan.
Lo que
distinguía a los primeros cristianos
Esta Iglesia
primitiva era un grupo de gente heterogénea, si se puede decir: esclavos,
artesanos, viudas, comerciantes, nobles,…
No se
distinguían de los demás hombres de su tiempo. Cumplían la función que les
competía dentro de la sociedad. Como se lee en la Carta
a Diogneto:
Los cristianos
no se diferencian ni por el país donde habitan, ni por la lengua que hablan, ni
por el modo de vestir. No se aíslan en sus ciudades, ni emplean lenguajes
particulares: la misma vida que llevan no tiene nada de extraño.
Pero sí, como
dijimos antes, lo que llamaba la atención en ellos era la alegría. Una
alegría escatológica.
¿Qué tipo de
alegría?
Todavía estaban
empapados del gran evento histórico de la cruz, una cruz de la que de muerte se
pasó a vida, a vida eterna con la Resurrección.
Los recuerdos
que el cristianismo primitivo guardaba de Jesús estaban caracterizados desde el
principio por la experiencia de su resurrección por obra de Dios. Por este
motivo se interesaba por sus palabras y por su vida.
La Resurrección
de Cristo como victoria frente a la humillación y el sufrimiento de
la cruz, es siempre un mensaje vivo y eficaz.
Después de los
días estaremos radiantes de alegría, junto a María y a Nuestro Señor. Es
por eso que no temían morir por ellos. La alegría que les esperaba era eterna,
una victoria contra cualquier sufrimiento.
Su otro secreto
Otra
característica de los primeros cristianos estrechamente ligada a la alegría era
la caridad.
«En virtud de
la caridad, lo que uno posee será común a todos. Cuando uno ama, posee en el otro
lo que él no tiene. La diversidad del esplendor no despertará envidia porqué en
todos reinará la unidad de la caridad».
San Agustín
La alegría de
cada individuo no es personal, sino que camina entrelazada a la de los demás.
Uno no se alegra sólo por su propia felicidad, si no más aún por la del
hermano. Es siempre una alegría compartida.
En la audiencia del día 25 de enero del 2023, papa Francisco
dijo:
«Un cristiano
triste es un cristiano triste»…»No se puede hablar de Jesús sin alegría, porque
la fe es una maravillosa historia de amor que hay que compartir».
No seamos unos
«cristianos tristes», estemos «alegres como unas Pascuas», tomemos ejemplo de
los primeros cristianos.
Fuente: Orar con los primeros cristianos, Gabriel Larrauri (Ed. Planeta); Jesús, nuestra esperanza: Ensayo de escatología en prospectiva trinitaria, Marcello Bordoni, Nicola Ciola (Centro Editoriale Dehoniano)
Maria
Paola Daud
Fuente: Aleteia