La imperfecta belleza
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Israel nos
lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Cuando estoy en mi turno de cocina,
me encanta sentarme a desayunar mirando por la ventana. Siempre se ve el mismo
viejo nogal; sin embargo, según la época del año, el Señor nos regala un
paisaje completamente diferente. No hay día que no despierte en mí un bonito
asombro ante la belleza que puedo contemplar.
Esta vez, entre su ramaje solo
quedaban unas pocas hojas. Pero precisamente, la caída de las hojas favorecía
que los primeros rayos de sol se colasen entre sus ramas hasta la ventana. ¡Qué
bonito!
Contemplándolo, me daba cuenta de
que en la naturaleza nada es perfecto. Ninguna rama es recta, ni simétrica, ni
hay dos iguales, algunas están secas... La naturaleza no es perfecta, pero eso
no nos estorba; al contrario, hay una belleza inigualable en ella.
Pero pensaba que, en cambio, cuando
contemplamos al hermano, a la persona que tenemos al lado, no lo vemos del
mismo modo. Sus "imperfecciones" no las suelo ver tan bellas. Sin
embargo, cada día el Señor nos enseña precisamente que es a través de lo frágil
donde mejor se manifiesta Su grandeza.
Al igual que nuestro nogal, el otro
tiene "sus ramas" desiguales. Pero cuando están verdes y frondosas,
nos cobijan del calor veraniego, y cuando pierden poco a poco las hojas, dejan
pasar hacia nosotros los rayos de la Luz del Señor.
Muchas veces luchamos por una
perfección con la medida de nuestro criterio, e incluso a veces logramos
aparentarlo. El Señor nos dijo "sed perfectos", pero desde mi punto
de vista no se refería a lo externo; Su criterio es el Amor. Nuestra naturaleza
es frágil, y por ello avanzamos más cuando amamos la propia fragilidad, porque
solo amando mi realidad como la ama el Señor puedo dejarme salvar por Él. Y
entonces la debilidad del otro ya no me estorba tanto; al contrario, el Señor
va haciendo que poco a poco la pueda amar también.
Hoy el reto del amor es contemplar
al otro en la belleza de su imperfección. Así como eres, y así como estás, te
ama el Señor. Porque así necesitas ser amado, porque ahí te dejas salvar por
Él. Con esta mirada sobre nosotros mismos, pidámosle al Señor Sus ojos para
mirar así también a los demás.
VIVE DE CRISTO
¡¡¡Feliz día!!!
23 noviembre 2023
Fuente: Dominicas de Lerma