No acosamos a las mujeres que quieren abortar; simplemente estamos rezando. No tenemos ningún miedo. Rezar no es acosar", explica Pablo Trigo, voluntario de 40 Días por la Vida en Burgos.
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Foto: Archidiócesis de Burgos. Dominio público |
Conforme
llega a sus últimos días, comienza a conocerse la intrahistoria de cada campaña
local, sus datos y balances, sus intenciones, amenazas y protagonistas. Sus
integrantes también ponen de relieve el silenciamiento que se da sobre el aborto químico,
aparentemente alejado de las cruentas imágenes del aborto quirúrgico, pero
igual de nocivo y tan superior en cifras que es imposible de cuantificar.
En
el caso de los voluntarios de 40 Días por la Vida de Burgos, es la única
tipología de abortos que se realiza ante el centro en el que se congregan para
rezar, la Unidad de
Atención a la Mujer.
La anticoncepción de jóvenes,
"una obsesión"
Abel Renuncio, su responsable y
también integrante de la directiva de la Sociedad Española de Contracepción, ha
afirmado encontrarse inmerso en la consecución de la meta "embarazos no deseados 0".
Hasta
el punto de que ha llegado a definir como una "obsesión" llegar a "las jóvenes sin
anticoncepción, con fertilidad elevada y facilidad para quedarse embarazadas
sin quererlo".
Para
Renuncio, uno de los "mitos a desterrar" es el de que "hay que
descansar de la píldora", fomentando así el principal método de aborto
químico.
"No
solo no es necesario, sino que es contraproducente. A nivel trombótico [los
efectos secundarios] van ligados al inicio del consumo, así que al reiniciar se
vuelve a tener un riesgo trombótico que si el uso se mantiene, no se
tiene", declaró hace un año al Diario de Burgos.
Los riesgos de la píldora... y sus
cifras
Según Planned Parenthood, los riesgos que
incluye el consumo de la píldora son: ataque cardíaco (ataque al corazón), accidente cerebrovascular (ACV
o derrame), coágulos en la sangre y tumores en el hígado. En casos poco comunes pueden causar la muerte (de la madre,
mientras que su efectividad como abortivo es casi total).
Las
cifras de los abortos químicos suele ser opacas o difíciles de cuantificar.
Respecto a la píldora del día después, se conocen sus efectos marcadamente
abortivos y al menos parte de sus cifras: en los diez años de libre
dispensación desde su inicio en 2009 hasta 2019, la consultora Iqvia calcula
que se adquirieron en
farmacia y sin receta unos siete millones de dosis, a razón
de 700.000 aproximadamente al año.
En
2021, la Unidad de Atención a la Mujer atendió unas 4.000 consultas, muchas de ellas con fines abortivos.
Aborto en casa
Frente
a los muros de esta distribuidora de píldoras abortivas se congregan desde el
comienzo de la campaña cientos
de voluntarios de 40 Días por la Vida, llegada a Burgos en agosto de 2022.
"Rezamos por los niños y las
mujeres, ya que sabemos que si han tomado esa decisión es porque se han
abocado a una situación muy difícil y por eso estamos nosotros aquí",
declaró al portal de la Archidiócesis burgalesa uno
de los coordinadores de la campaña, Pablo Trigo.
La
Unidad de Atención a la Mujer ofrece el aborto químico hasta la novena semana de
gestación.
"Las
mujeres son derivadas aquí, donde les recetan la píldora y luego abortan en su casa",
explica Trigo.
40 Días por la vida, "un gimnasio
espiritual"
Fieles
al estilo emanado de 40 Días por la Vida, los voluntarios burgaleses con Trigo
a la cabeza subrayan el carácter trascendente de su lucha, "el principio
del fin del aborto", valiéndose de un "gimnasio espiritual", la oración y el ayuno,
que también contribuye a la "santificación personal".
Venir
aquí implica un sacrificio, la renuncia a uno mismo para dar vida a otras
personas" e, incluso, someterse a la burla de los que pasan por el simple
hecho de "defender a las
mujeres y sus bebés o por dar testimonio de tu fe".
"Algunos
nos insultan porque probablemente hayan tenido alguna vinculación con el
aborto, hay heridas abiertas y se manifiestan de esa manera. Nosotros no
respondemos, acogemos la
humillación y la ofrecemos por su salvación", comenta.
No
solo reciben insultos. Otros muchos viandantes les ofrecen su apoyo, agradecen su labor, se
santiguan al verles o simplemente les dedican una sonrisa. Incluso hay quienes
se suman a la oración.
Trigo
es uno más de los miles de voluntarios que se muestran seguros y decididos de
la legitimidad de su labor, que dista mucho de presionar a quienes entran o
salen de las clínicas.
"Nosotros
no acosamos a las mujeres que quieren abortar; simplemente estamos rezando. No
abordamos a las mujeres ni nos acercamos a ellas, sólo si ellas vienen a
hablar, y aún no se ha dado el caso. No tenemos ningún miedo. Rezar no es acosar", concluye.
J. M. C.
Fuente: ReL