San Tarsicio ha inspirado a los cristianos desde siempre debido a que, a su corta edad, valerosamente amó a sus hermanos y a Cristo Eucaristía
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Rama CC. Dominio público |
Asan Tarsicio se le puede
considerar el primer mártir de la Eucaristía. De este santo niño, porque solo
tenía 12 años, se sabe muy poco. La única fuente documentada la dejó el Papa
Dámaso. Tarsicio nació en el 263 d. C., en Tarso al igual que san Pablo, y
quizás su nombre sea debido a su procedencia.
Vivió en una época muy dura para
los cristianos, en las persecuciones bajo el cargo del emperador Aureliano que
arrestaba a los fieles, quienes -lejos de desalentarse- continuaban orando y
celebrando Misa.
El problema estaba en que
faltaban las hostias para comulgar, y los cristianos que no estaban en prisión
no sabían cómo hacer para que los que sí lo estaban, no dejaran de comulgar.
Tarsicio se ofrece a llevar la comunión
Por eso Tarsicio se ofreció para
hacer llegar las hostias a los prisioneros, pensó que por su corta edad nadie
sospecharía. El niño escondió las hostias muy cuidadosamente en su camisa, las
aferró firmemente a su pecho y partió hacia la prisión.
En el camino encontró a algunos
de su grupo de amigos de juego, que lo invitaron a unirse a ellos. Tarsicio
contestó que en este momento no era posible, que tenía algo muy urgente que
hacer.
Los niños insistieron, y luego
comenzaron a molestarlo y a burlarse de él porque veían que por ningún motivo
el santo despegaba las manos de su pecho. Pero Tarsicio protegía aún más su
Divino tesoro, esto provocó aún más la curiosidad de sus pares, interesados en
saber qué llevaba, así que lo forzaron a abrir su brazos; fue entonces cuando
cayeron todas las hostias por el suelo.
Sentencia de muerte
Al darse cuenta de que su
compañero era cristiano, comenzarlo a agredirlo salvajemente y sin piedad, a
puños y patadas, como un vil acto de lo que hoy se llama bullying. A tal
agresión el niño cayó inconsciente. En ese momento se acercó un centurión que
también era cristiano, alejó a los malos muchachos y enseguida socorrió al
pequeño.
Pero ya no había nada que hacer.
El niño había dejado este mundo y con su admirable ejemplo de fe cristiana
reforzó aún más la esperanza de aquellos que eran perseguidos.
En el año 767 d. C. el cuerpo del
santo fue trasladado a la basílica de san Silvestre en Capite. Actualmente se
encuentran descansando en el altar mayor de dicha basílica.
Maria Paola Daud
Fuente: Aleteia