Francisco abrió la primera Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad y recordó a todos los participantes reunidos en el Aula Pablo VI que la asamblea "no es un parlamento, ni un encuentro entre amigos"
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Papa inaugura primera Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad (VATICAN MEDIA Divisione Foto) |
La escucha, ayuno de la palabra
pública, mucho espacio para el Espíritu Santo, la oración, la reflexión
-especialmente sobre los textos de San Basilio-, sin lugar para la cháchara, la
mundanidad, las ideologías.
Sentado a la mesa con los
representantes de la Secretaría General del Sínodo, el Papa abrió la primera
Congregación General del Sínodo sobre la Sinodalidad y señaló a los más de 460
participantes el camino a seguir durante estas cuatro semanas de trabajo,
instando a todos los periodistas, que hacen un trabajo "muy bonito, muy
bueno", a que les ayuden a transmitir el mensaje de que la
"prioridad" es "escuchar", antes de hablar.
El Espíritu
Santo protagonista
El Papa llegó temprano al Aula
Pablo VI, para la ocasión modificada en sus espacios, saludado por los
presentes empezando por los dos obispos chinos, miembros en la asamblea por
nombramiento papal. Junto a cardenales, obispos, religiosos, consagrados y
consagradas, Francisco rezó y cantó la invocación al Espíritu Santo, el que -dijo
en su breve discurso introductorio- es el verdadero "protagonista"
del Sínodo.
“El
protagonista del Sínodo no somos nosotros, es el Espíritu Santo, y si dejamos
paso al Espíritu Santo, el Sínodo irá bien.”
No a la
charlatanería, una enfermedad frecuente
Y precisamente para "no
entristecer al Espíritu" que se desanima con "palabras vacías,
palabras mundanas", el Papa vuelve a advertir contra la
"charlatanería", un "hábito humano, pero no bueno", una
"enfermedad muy frecuente entre nosotros" y "común en la
Iglesia".
“La cháchara
es el anti-Espíritu Santo, va contra.... Y si no dejamos que Él nos cure de
esta enfermedad, difícilmente será bueno un camino sinodal. Al menos aquí: si
no estás de acuerdo con lo que dice ese obispo o lo que dice esa monja o ese
laico de ahí, díselo a la cara. Para eso es un Sínodo. Para decir la verdad, no
la cháchara por debajo de la mesa.”
La prioridad
de la escucha
Más que las palabras, la
preocupación del Papa es que durante el Sínodo se dé espacio a la escucha:
"Existe la prioridad de la escucha -dice- y debemos dar un mensaje, y esto
a los operadores de prensa, a los periodistas que hacen un trabajo muy bello,
muy bueno. Pero debemos dar precisamente una comunicación que sea reflejo de
esta vida en el Espíritu Santo".
“Hace falta un
ascetismo -perdón por hablar así a los periodistas- pero, un cierto ayuno de la
palabra pública para custodiar esto. Y lo que se publique, que sea en este
ambiente. Algunos dirán -lo están diciendo- que los obispos tienen miedo y por
eso no quieren que los periodistas digan. No: el trabajo de los periodistas es
muy importante. Pero hay que ayudarles a decir esto, este ir en el Espíritu.”
Mensaje a los
periodistas
Francisco recuerda cómo la
controversia y la presión de los medios de comunicación en Sínodos anteriores
se superponían a las discusiones en el aula, a menudo incluso dirigiendo el
orden del día. "Cuando (hubo) el Sínodo sobre la familia, estaba la
opinión pública hecha por los mundanos de nosotros, que era dar la comunión a
los divorciados: y así entramos en el Sínodo. Cuando (hubo) el Sínodo para las
Amazonas, estaba la opinión pública, la presión, que era hacer los viri
probati: entramos con esta presión, ¿no?".
"Ahora -dice el Papa- se
especula sobre este Sínodo: '¿Pero qué harán? Quizá el sacerdocio a las
mujeres', no sé, estas cosas las dicen fuera, ¿no? Y dicen tantas veces que los
obispos tienen miedo de comunicar lo que está sucediendo". Por eso el
Pontífice se dirigió directamente a los "comunicadores", pidiéndoles
"que hagan bien su función, con justicia, que la Iglesia y las personas de
buena voluntad -los otros dirán lo que quieran- comprendan que también en la
Iglesia existe la prioridad de la escucha. Transmitan esto: es muy
importante".
Reflexionar
sobre los textos de San Basilio
A continuación, el Papa señala algunos textos de antología patrística como instrumento de reflexión para todos los participantes: "Están tomados de San Basilio, que escribió ese hermoso tratado sobre el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque quiere que comprendamos esta realidad, que no es fácil... Por favor, reflexionen y mediten sobre ellos", exhorta.
Un Sínodo
deseado por todos los obispos del mundo
"No es fácil", dice el
Papa, embarcándose ahora en este Sínodo sobre la Sinodalidad, fruto de un
camino de 60 años: "No es fácil, pero es hermoso". Sobre todo, es un
Sínodo, el que comienza hoy, "que todos los obispos del mundo
querían".
“En la
encuesta que se hizo después del Sínodo de Amazonas, a todos los obispos del
mundo, el segundo lugar de preferencia fue éste: la sinodalidad. En primer
lugar estaban los sacerdotes, en tercer lugar creo que una cuestión social.
Pero, en segundo lugar [la tema de la sinodalidad estaba en segundo lugar].
Todos los obispos del mundo vieron la necesidad de reflexionar sobre la sinodalidad.
¿Por qué? Porque todos se dieron cuenta de que la fruta estaba madura para tal
cosa.”
No es una
reunión "parlamentaria"
Así que "con este espíritu
comencemos a trabajar, hoy", afirmó Francisco, recordando de nuevo -como
hizo hoy en su homilía durante la Misa en la Plaza de San Pedro- "que el
Sínodo no es un parlamento: es otra cosa; que el Sínodo no es una reunión de
amigos para resolver algunas cosas del momento o dar opiniones: es otra
cosa".
“Si hay otros
caminos por intereses humanos, personales, ideológicos en medio de nosotros, no
será un Sínodo, será una reunión más parlamentaria, que es otra cosa. El Sínodo
es un camino que hace el Espíritu Santo.”
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Vatican News