Una vela
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hay momentos en
los que estamos rezando la liturgia y, como la iglesia está abierta, entran
personas: algunas se unen a nuestro rezo, otras vienen de turismo asomándose
desde la puerta unos minutos y otros oran.
Este fue el
caso de un hombre que entró el otro día mientras rezábamos. Avanzó decidido por
toda la nave de la iglesia hasta el lampadario. Encendió una vela y luego se
puso de rodillas en el primer banco, en profundo recogimiento.
Lo miraba y me
conmovía. Observaba la vela, lo miraba a él y me unía en oración por todo lo
que representaba su gesto y oración. Quizás había sufrimiento, una persona
enferma... No lo sé, pero me uní a lo que lo había llevado a buscar a Jesús.
Fue una
experiencia bonita, ya que muchas veces las velas pasan desapercibidas para mí.
Esto me ayudó a prestarles atención, a ver más allá, a interceder por esa
persona y por lo que llevaba en el corazón...
La vela representa
la luz de Cristo. Encender una en actitud de oración es, por tanto, un signo de
esperanza, es permitir que Él ilumine esa situación que le presentamos,
uniéndonos de alguna manera nuestro corazón al Suyo.
Cuando te vas,
la vela sigue encendida; tu oración permanece presente ante el Señor aunque
continúes tu camino.
Al permanecer
encendida, aquellos que pasamos podemos verla; es un signo visible e invitación
para unirnos en oración. Una vela encendida tiene algo profundo, escondido;
algo a lo que podemos unirnos. Orar por los demás es una oportunidad para
sumergirnos y participar de la Misericordia del Señor, que siempre escucha
nuestras oraciones.
Hoy el reto del
amor es que enciendas una vela. Ve a una iglesia, ermita... mira a Jesús,
háblale de lo que tienes en el corazón y pídele que lo ilumine con Su Luz, y
deja que Él siga velando por ello. Si ves alguna vela encendida, únete en
oración a esa persona.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
06 septiembre
2023
Fuente:
Dominicas de Lerma
