Las noches son angustiosas para las carmelitas del Monasterio de Santa Teresa de Ayacucho (Perú), aunque las puertas del complejo hayan sido reforzadas con planchas de metal.
![]() |
Monasterio de Santa Teresa de Ayacucho. Dominio público |
La
religiosa debe tener el sueño ligero: debe estar alerta de cualquier ruido que
indique la presencia de un extraño. La priora cuenta al diario peruano El Comercio que, semanas atrás, ladrones armados con una sierra
perforaron la puerta lateral, pero huyeron al oír el silbato de la hermana
que dio la alarma.
Obras del "barroco
ayacuchano"
Sin
embargo, hace tres años no tuvieron la misma suerte: varios candelabros de
plata fueron robados. Así
de angustiosas son las noches para estas monjas carmelitas, aunque las
puertas del monasterio hayan sido reforzadas con planchas de metal.
El
martes por la mañana, las hermanas suspendieron por un momento las actividades
del claustro para recibir
a la Embajadora de los Estados Unidos, Lisa Kenna, así como a una
delegación del Ministerio de Cultura y de la Universidad de Ingeniería y
Tecnología (UTEC).
La
ocasión era especial, era una respuesta a sus oraciones: el Monasterio de Santa
Teresa recibirá 255 mil dólares del Fondo de la Embajadora para la Preservación
de la Cultura, que se
destinará a la catalogación de las 700 obras de su colección, entre óleos
del siglo XVII y XVIII, tejidos, esculturas y piezas de arte popular, así como
la adecuación de sus depósitos, hoy en precaria condición.
Entre
las piezas de arte colonial, además de su espléndido altar y retablos, destaca
una "Última Cena" así como 26 pinturas que representan la Vida de Cristo y
majestuosos ángeles arcabuceros. El inventario y la catalogación ayudará a
prevenir el robo y el tráfico ilícito de estos bienes culturales.
"Al
saber de este proyecto con mucho gusto lo apoyamos. ¡Y ahora voy a inscribir
otros más! Hay un dicho
muy criollo: no hay primera sin segunda", dice Salvador Piñeiro,
arzobispo de Ayacucho. Sabe bien que el patrimonio religioso en su región está seriamente amenazado, y
por ello agradeció especialmente el apoyo de la embajada estadounidense.
"Aquí
hay mucho saqueo. Cuando uno va a los pueblos, y ve los templos y conventos, se
da cuenta de que sobre un
muro desnudo debió haber habido un cuadro, las pinturas que servían para el
catecismo. Se ha perdido mucho", declara a El Comercio.
"Durante la colonia, aquí había una escuela de arte
dirigida por los jesuitas. Se suele hablar de la escuela cusqueña, quiteña y
limeña, pero se olvida la escuela del
barroco ayacuchano. De allí vienen estos óleos que reflejan tan bien el
sincretismo cultural. Todo es una expresión de la cosmovisión andina que
reconoce la gloria y el poder de Dios", añade el obispo.
Fuente:
ReL