La ONG Human Rights Watch acusa a los guardias fronterizos saudíes de perpetrar una masacre contra los migrantes
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Migrantes etíopes huyendo por las montañas. Foto: OIM/Alexander Bee |
«Hay personas a
las que no se les puede identificar porque sus cuerpos están esparcidos por
todos lados»
Cuerpos de
hombres, mujeres e incluso niños diseminados por toda la zona. Algunos
gravemente heridos, otros muertos y desmembrados, partidos por la mitad. «Hay
personas a las que no se les puede identificar porque sus cuerpos están esparcidos
por todos lados».
La horripilante
escena, descrita por un testigo a la organización Human Rights Watch (HRW),
habría ocurrido en la frontera entre Araba Saudí y Yemen entre marzo de 2022 y
junio de 2023. Así lo denunció
este lunes la ONG en un documento titulado Dispararon contra
nosotros como la lluvia: Asesinatos masivos de migrantes etíopes por Arabia
Saudí en la frontera saudí-yemení en el que acusa a los guardias
fronterizos saudíes de hacer llover fuego sobre cientos de inmigrantes y
solicitantes de asilo etíopes.
El documento,
de 73 páginas, incluye entrevistas a 42 personas —incluidos 38 migrantes,
testigos directos de lo ocurrido— y analiza más de 350 vídeos y fotografías
publicados en las redes sociales o recopilados de otras fuentes, así como
varios cientos de kilómetros cuadrados de imágenes satelitales. «Los agentes
usaron armas explosivas» de largo alcance y también «dispararon armas cortas»
para perpetrar la matanza.
Ante la
gravedad de lo ocurrido, HRW instó a Riad a «revocar de inmediato y con
urgencia cualquier política, ya sea explícita o de facto, de usar fuerza letal
contra migrantes y solicitantes de asilo», mientras que solicitó al Gobierno
que investigue y enjuicie a los responsables de lo que podría ser «un crimen
contra la humanidad».
«Gastar
miles de millones de dólares comprando golf profesional, clubes de fútbol y
grandes eventos de entretenimiento para mejorar la imagen de Arabia
Saudita —concluye la ONG— no debería desviar la atención de estos crímenes
horrendos».
José Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y
Omega