San Vero Milis es un pueblecito de la provincia de Oristán en Cerdeña, donde se venera una virgen especialísima: es una talla de madera muy maltratada que encontraron en la playa, medio sumergida, el 26 de marzo de 1937.
Dominio público |
Una talla delicada y valiosa del s.XV
Los
expertos señalan varios rasgos especiales de esta talla. Para empezar es
valiosa y muy antigua, del siglo XV. Además, su calidad es excepcional, un
trabajo delicado, de ejecución exquisita. Parece una Virgen del tipo "Virgen de la Leche",
dispuesta a amamantar al Niño. En alguna época debió ser policromada, pero
ha perdido todo rastro de color.
Ignazio
Serra ha visitado la diócesis de Valencia con fotos de la imagen y un libro que
cuenta lo que se sabe de ella. Sospecha que pudo haberse venerado en algún
pueblo de la costa valenciana, o quizá balear, catalana o murciana.
"Conociendo
la naturaleza de las mareas, la imagen llegó hasta Sa Praja Manna en Cerdeña
procedente de la costa española. En un primer momento viajamos a Menorca, en busca de alguna pista sobre el
origen de la talla", indica el sacerdote investigador en Paraula,
el periódico católico valenciano. Buscó especialmente en Fornells, el pueblo más cercano a la isla italiana,
pero en toda la isla no encontraron datos sobre una talla tan
peculiar.
"Durante
la Guerra civil española, los religiosos sufrieron la persecución y las
iglesias fueron asaltadas. Los altares, las imágenes sagradas, las estatuas y
el mobiliario solían ser destruidos o incendiados y evidentemente, y tal como
se encontró, esta Virgen con el niño también fue quemada. Alguien la debió rescatar del
fuego y huir con ella y para salvarla fue arrojada al mar. Por ello
pensamos que tiene que pertenecer a alguna parroquia o capilla muy cercana a la
playa", sospecha.
El pastor y la chica enferma
Está
bien documentado que el 26 de marzo de 1937, en Sa Praja Manna de Cerdeña, una
playa de la costa oeste, el
pastor Daniele Zou encontró la imagen medio sumergida en la arena. Con la ayuda
de un compañero, la trasladó hasta su cabaña en Sa Chea Istallanu.
Allí le construyó un altar y cada día le ponía flores.
Poco
tiempo después, la hija de los patronos del pastor enfermó gravemente, por una
doble bronconeumonía. Rezaron
a la Virgen ayudándose de esta nueva imagen rescatada del mar, y la chica se
sanó. La noticia corrió como la pólvora y llegó hasta le pueblo de San
Vero Milis que “hizo suya” a la ‘Madonna’. Desde entonces se venera en su
parroquia de Santa Sofía.
Por Pablo J. Ginés
Fuente: Cari Filii