La Semana Española de Misionología celebra su 75 edición. Mujeres misioneras hablan de su experiencia: desde salvar a chicas de la prostitución a ser vicepárrocas
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75 edición de la Semana Española de Misionología. |
En
su página web se pueden
ver y seguir todas las conferencias.
Mujer y misión
Este año, las
jornadas se centran en la "Mujer y misión".
La sesión
inaugural corrió a cargo del arzobispo de Burgos, Mons.
Mario Iceta, y el decano de la Facultad de Teología de Burgos, José Luis
Barriocanal. La conferencia inaugural a cargo del profesor de
esta misma Facultad, Eloy Bueno de la Fuente, hizo un repaso del los
75 años de esta Semana Española de Misionología.
En
su mensaje del pasado 2 de julio, el
obispo Iceta agradeció "la labor de tantas mujeres misioneras que,
como Iglesia peregrina, ponen de su parte todo lo que pueden para paliar la
pobreza con el Evangelio de su propia vida entre las manos".
"Ellas,
primeras testigos de la Resurrección, son la cara materna de la Iglesia: en la migración,
en la acogida, en la sanidad, en la cultura, en la enseñanza, en el compromiso…
Ellas, desde una caridad sin medida y un servicio impagable, son los rostros
vivos que rememoran a las mujeres fuertes de la Biblia. Mujeres como María,
Sara, Rut, Ester, Judit, Débora, Rebeca, Raquel… Miradas apasionadas y
decididas que han marcado una historia bíblica y cristiana y han dejado un poso
imborrable en la Historia de la Salvación. Por eso, seguir sus huellas e imitar
su ejemplo supone edificar un mundo más compasivo, más evangelizador y más
humano", dijo el arzobispo de Burgos.
Las
primeras testigos de la Resurrección
El
segundo día de la Semana Española de Misionología ha tenido como protagonista
a la teóloga Elisa Estévez López que
ha disertado sobre Las primeras testigos de la Resurrección.
La
profesora de Comillas ha recordado la importancia de la mujer en los Evangelios
y cómo su relación con Jesucristo es similar a la de otros grupos de seguidores
como es el caso de los Apóstoles: ‘Las listas de mujeres que aparecen son claves
para mostrar que su actitud sigue los mismos parámetros de ‘seguir’ y servir’.
Estos dos verbos aluden a un ‘estilo de vida’ que llama la atención a los
coetáneos’. Son los mismos que se dan en los grupos de varones como es el caso
de los Apóstoles.
‘He sido vicepárroca’
La
segunda ponencia titulada La caridad y el servicio, la cara
materna de la Iglesia fue pronunciada por Laura
Díaz Barco, misionera comboniana en Etiopiía, que ha sido vicepárroca
y profesora en el seminario de Adis Abeba.
Díaz
planteó los desafíos de una ‘casa materna’. "Materna no es maternalista y
para que así se mantenga debe insistir en ‘empezar procesos, más que ocupar
espacios". Estas palabras del papa Francisco llevan a una apuesta
clara por la formación integral que se fija más en la persona que en la
preservación de la institución.
Por
otra parte, señaló que "la Iglesia no es una ONG.
Se comienza a ser cristiano desde el encuentro con Jesucristo, no desde el
hacer. Esto no quita, y lo dice una economista, la necesaria
profesionalización, para nada en contra de la sacramentalidad".
Por
último, insistió en ‘caminar hacia una Iglesia más inclusiva’. Para ello es muy
importante estar en las periferias: ‘estar en la parte del todo, pero sin
pertenecer al cuerpo principal’. Desde la periferia se ven cosas que no se ven
mientras estás en el centro. A la mujer le queda un largo camino de recorrer
dentro de la Iglesia. Debe estudiar más, debe hacer Teología. Y es fundamental
introducir a mujer en el Seminario. De esta manera se rompen muchos prejuicios.
46
años curando enfermedades
La
mesa redonda de la tarde presentó un mosaico de presencias de la mujer
misionera en lugares como Chad, Albania, Níger, Togo o Burkina Faso.
Pilar Serrano, franciscana
misionera en Níger, Togo y Burkina Faso, relató su experiencia en el campo de
la salud. Durante 46 años ha estado curando enfermedades, a la
vez que ha sido víctima de la mayor parte de ellas. Desde
el cuidado de la salud es muy fácil anunciar a Cristo viviendo pobre con los
pobres. Antes de regresar a España, su provincial le dijo: ‘Cuenta ahora todo
lo que has visto y oído’. Y así lo hago.
Ximena Cabezas, misionera chilena
en Chad, ha escuchado muchas veces que no merece la pena invertir en la
formación de una mujer porque será pieza de más valor para un ‘esposo
mayorcito’. Esta religiosa con familia en Burgos presentó el proyecto de empoderamiento
de la mujer chadiana basado en crear biliotecas de norte a
sur, desde Libia a Camerún.
En
Chad, ‘una niña vale muy poco, está tutelada por un varón y dedica la mayor
parte de su tiempo al trabajo’. En las bibliotecas se forma a las niñas desde
pequeñas y son ellas las que llevan después la gestión. Para ello, se han
creado grupos de madres que trabajan en un proyecto de huertas. Las madres
logran el sustento para la familia, el agua para la casa y el
tiempo libre para que las niñas estudien. Toda una revolución
que ha puesto en jaque una mentalidad patriarcal sostenida desde hace muchos
años por un país con un 90% de musulmanes en la zona rural.
Padres que llevan a sus hijas a prostituirse
Eva Maldonado
Blanes,
hija de Cristo Rey presentó el trabajo en la frontera albanesa con Grecia, en
el distrito de Gjirokaster. Esta joven cordobesa vivió cuatro años en Albania
hasta que la Covid19 la sentó en una silla de ruedas y tuvo que volver a España
a recuperarse de sus secuelas. Ha contado cómo algunos padres
llevan a sus hijas a los hoteles de lujo para ser prostituidas.
Nunca
ha perdido la esperanza en ‘humanizar la frontera’, ese corredor que tras la
guerra de Siria diariamente trae a 40 o 50 personas que llegan llenas de
magulladuras y son recibidos con empujones y patadas. ‘La fe es riesgo y te
lleva al riesgo de enfrentarte a un policía, a un sanitario para defender la
vida de un inocente que huye’. Su comunidad religiosa, de origen italiano y
única en Albania, regenta una escuela y sabe lo que es vivir sin lo esencial,
incluida la celebración de la misa. No tienen sacerdote y no hay parroquia
católica en la zona.
Tras
la vuelta a España y trabajar ahora en un instituto como profesora de religión
reconoce que no puede ser ‘una profesora normal’. Ahora es misionera urbana que
constata la falta de sentido y la desorientación de tantos jóvenes, que tienen
de todo, menos la brújula de su vida.
Exposición de los 75 años
Con
motivo de los 75 años que cumple este evento, también se ha inaugurado una
exposición titulada ‘75 años de la Semana Española de
Misionología’. José María Calderón, director nacional de Obras Misionales
Pontificias ha explicado como en ella se recogen “75 años de la inquietud
misionera en España”. Ha recalcado también cómo nuestro país ha tenido siempre
la misión muy presente, algo que se refleja en esta exposición.
M. S.
Fuente: ReligiónConfidencial