En este video presentado por el movimiento Lazos de Amor Mariano, Consuelo Hoyos da un testimonio apasionante, lleno de esperanza, que valora el perdón como fuente de la sanación.
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Consuelo Hoyos, Misionera LAM. Dominio público |
Me arrodillé ante la Virgen
de la Milagrosa y le pedí que le hubiera dado un minuto para
arrepentirse porque aunque no sabemos lo que nuestros hijos hacen en la
calle, a veces como madres nos damos cuenta de lo que hacen aunque no
estén".
Luego, narra su primer cara a cara con
el asesino: "Él era muy joven, tenía 29 años. A mi lado estaba la
mamá y sus dos niños, uno de un año y otro de seis. Cuando dictaminaron
sentencia, lo condenaron a 60 años.
Fue horrible pensar que se iban a quedar
toda la vida sin padre, me habría gustado que le rebajasen la mitad. Fue
duro encontrarme con él cara a cara, pero en el fondo de mi corazón lo había
perdonado".
Y años después el reencuentro donde menos lo esperaba,
en un retiro: "No podía ni acercarme, sentía miedo. Cuando salí de la
cocina y lo encontré solo, me acerqué y le pregunté cómo se sentía cuando me
miró y me dijo: 'madre' ... soltó las muletas y cayó de rodillas
pidiéndome perdón.
Me dijo que era el autor intelectual de la muerte de
mi hijo. Entonces pensé en lo impactante de que el Señor me hubiese sacado
antes de la cocina para hablar con él, porque solo así luego el pudo pedirme
perdón".
Fuente: Portaluz