La Conferencia Episcopal Española (CEE) pide “abrir los ojos al sufrimiento de nuestros hermanos más pobres” en un mensaje con motivo de la celebración el próximo domingo de la fiesta del Corpus Christi, en el que tiene lugar también el Día de la Caridad.
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Cartel del Día de la Caridad |
El mensaje de
la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social de la CEE con
motivo del Día de la
Caridad recuerda que la fiesta del Corpus Christi “nos
invita a entrar en el misterio de la Eucaristía” que es “de amor y de
esperanza”.
En consecuencia,
señalan, “la caridad comienza por abrir los ojos a la realidad y dejarse
afectar por ella”, pues, aseguran, “vivimos tiempos de crisis acumuladas” que
impactan en la vida de muchas personas.
“Ante esta
realidad no podemos permanecer como espectadores, ni siquiera como meras voces
críticas”, subrayan los Obispos.
A continuación,
los Prelados exhortan a ser “agentes de vida buena y nueva” y a “ser parte
activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas”.
Los Obispos
expresan que “cuando nuestras comunidades celebran la Eucaristía han de ser
conscientes de que el sacrificio de Cristo es para todos y que, por eso,
impulsa al creyente a hacerse ‘pan partido’".
Los Prelados
muestran su preocupación por “la desvinculación social creciente”, porque en un
mundo en el que “predomina lo virtual y lo líquido, las relaciones se vuelven
frágiles”.
A su juicio,
esto lleva a no hacernos responsables de forma suficiente de los demás.
Además,
critican que “vivimos en una sociedad fuertemente ideologizada, que lleva a
polarizaciones y tensiones en los ámbitos de la economía, de la política, de la
cultura, incluso de la religión”.
A este
respecto, recuerdan que la Eucaristía nos lleva a "nuevos tipos de
relaciones sociales y nos abre al diálogo inclusivo”.
Por último, se
interpela a los cristianos de forma directa: “Lo que tú hagas, cómo tú te
sitúes en el mundo y ante los otros, puede abrir puertas, dar vida, aliviar la
soledad, sanar el alma”.
Así, la tarea
que se propone no se concreta sólo en “cubrir las necesidades de los otros,
sino en descubrir sus posibilidades para abrir caminos de esperanza”.
Los Obispos
desean que “la celebración y la adoración eucarísticas nos ayuden a
comprometernos" de tal forma que "seamos oportunidad y
esperanza" en especial de quienes "viven en pobreza y exclusión”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI