El P. Stanley Smolenski, del clero de la Arquidiócesis de Hartford (Estados Unidos), explicó a partir de pasajes bíblicos cuál es la relación que existe entre tres de las apariciones marianas más populares
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Crédito: Dominio Público, Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.0) y (CC BY-SA 4.0) |
Para explicarlo, el sacerdote describió los símbolos
bíblicos de algunas de las más populares advocaciones marianas del mundo: la
Virgen de Lourdes, la Virgen de Fátima y la Virgen de Guadalupe.
El
P. Smolenski recordó que la Virgen María se apareció en Lourdes (Francia) con
rosas en los pies, un símbolo muy especial y poco común que sólo puede
entenderse a partir de la Sagrada Escritura.
El
sacerdote comentó que “las flores están destinadas a embellecer nuestras
iglesias, hogares y jardines” y que si bien “las madres reciben ramilletes de
flores en el Día de la Madre”, no es común que se coloquen a los pies.
No
obstante, su inicial desconcierto se resolvió al recordar que la Virgen hace
las cosas con inteligencia y tras leer el siguiente pasaje bíblico: “¡Qué
hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz!! (Is
52,7). Entonces, “me di cuenta de que Nuestra Señora estaba usando imágenes
bíblicas en sus mensajes”, afirmó.
También
se preguntó por qué María le habló a Santa Bernardette desde la roca de
Massabielle, y logró resolver el misterio gracias al simbolismo bíblico.
El
P. Smolenski recordó que “las Escrituras hablan de rocas tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento”, y también del agua.
“Moisés
golpeó una roca y brotó agua (Núm 20,11). San Pablo comparó a Cristo con esa
roca, pero que da bebida espiritual (1Cor 1,4). Eso nos lleva a Cristo
Crucificado, que fue traspasado en su costado, del que brotó sangre y agua (Jn
19,34), que significa la gracia por la cual nace la Iglesia”.
Además,
“la Virgen María se presentó a Bernadette como la Inmaculada Concepción”,
advocación que “ejemplifica a la Iglesia en su perfección surgida del corazón
herido de Cristo”, indicó.
A
partir de esas premisas, el sacerdote sostuvo que “el agua milagrosa que fluye
de la gruta de Lourdes encaja muy bien en esa imagen”, pues “Cristo amó a la
iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a
sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mancha (inmaculada)”.
El
P. Smolenski señaló que la estrella ubicada en la parte inferior del manto de
la Virgen de Fátima tiene un doble significado.
En
primer lugar, “Estrella” significa “Ester” en idioma persa, y Ester “fue la
reina judía que salvó a su pueblo del exterminio el día 13 del mes hebreo de
Adar”. Claramente, “eso alude a la misión de María como Ester moderna que salva
a la Iglesia en nuestro tiempo”, apuntó.
Además,
significa que la Virgen María es la “Estrella de la Evangelización”, nombre que
fue proclamado por San Pablo VI en su documento de 1975 sobre la misión
evangelizadora. “Así como los Reyes Magos fueron guiados por una estrella en su
búsqueda de Cristo, María puede guiarnos hacia Él debido a su relación maternal
única con Él”, explicó.
El
Papa Benedicto XVI también se refirió a María como la estrella de los católicos
en su encíclica de 2007 sobre la esperanza cristiana. “¿Quién más que María
podría ser una estrella de esperanza para nosotros?”, escribió.
Por
último, el P. Smolenski se refirió al milagro del sol de 1917, que fue llamado
así porque durante la aparición de la Virgen en Fátima se vio al sol temblar,
en una especie de “danza”, y afirmó que en este suceso se aprecia una
“renovación milagrosa de la tierra”.
El
milagro “tiene los símbolos de la época de Noé: lluvia, arco iris y una tierra
nueva”, recordando que “ese día llovió mucho en Fátima” y que “durante el giro
del sol, la Cova da Iria se cubría de varios colores, y que al final, la tierra
y la ropa de la gente se limpiaba de lodo y agua”.
“En
la historia del Antiguo Testamento, la antigua población inmoral fue
reemplazada por la familia temerosa de Dios de Noé como un nuevo comienzo. La
Virgen María había dicho que al final su Inmaculado Corazón triunfará, lo que
implica otro comienzo. Todo eso fue dado a conocer en el milagro de Fátima”,
señaló.
El
P. Smolenski se refirió asimismo a la Virgen de Guadalupe, que imprimió su
imagen milagrosamente cuando se apareció a San Juan Diego en el cerro del
Tepeyac, en México, y a quien “se la representa con una túnica rosada decorada
con un patrón floral según los jeroglíficos religiosos aztecas, y un manto
azulado salpicado de estrellas según el patrón celeste de ese día”.
Al
respecto, afirmó que estos símbolos aluden al pasaje del libro del Apocalipsis:
“He aquí, yo hago nuevas todas las cosas (21,5)”, pues “su túnica floral
representa la tierra y su manto tachonado de estrellas representa el cielo”.
Además,
la Virgen de Guadalupe se apareció el 9 de diciembre, un día después de la
Fiesta de la Inmaculada Concepción, “que conmemora su completa libertad del
pecado y perfecta santidad hacia Dios, y prefigura la creación totalmente
restaurada para la gloria de Dios Padre”.
Por Cynthia
Pérez
Fuente: ACI