El Beato Carlo Acutis recibió un pedido especial de la Virgen de Fátima a través de una visión mística, así como importantes mensajes de los pastorcitos videntes para la salvación del mundo.
Virgen de Fátima. Crédito: Pixabay / Carlo Acutis en el Santuario de Fátima (Portugal). Crédito: Asociación Carlo Acutis |
Antonia
cuenta que cuando Carlo tenía unos 8 años fue con él a una procesión en una
iglesia y que el pequeño vio que la Virgen de Fátima se detuvo ante él y le
puso su corazón en el pecho. Además, narra que la Madre de Dios le pidió a su
hijo que se consagrara al Corazón de Jesús y a su Inmaculado Corazón.
Por
otro lado, doña Antonia indica que el último viaje que realizaron juntos fue a
Portugal y España en 2006, año en que el joven falleció. En Fátima, entraron en
contacto con el P. Luis Kondor, postulador para la causa de canonización de los
pastorcitos Francisco y Jacinta, quienes hoy son santos.
El
presbítero les mostró una exposición con fotos inéditas sobre las apariciones
de la Virgen de Fátima en 1917 y de los tres videntes. Antonia sostiene que su
hijo recibió muchas señales de ellos.
Cierto
día, el beato soñó que Francisco le pedía ofrecer reparación y sacrificios
“para que las personas pudieran amar y honrar más la Eucaristía”.
Asimismo,
en 2005, poco después de que Sor Lucía partiera a la Casa del Padre, Carlo tuvo
un sueño en el que la religiosa le daba un mensaje clave para la humanidad.
“Ella
le dijo que la práctica de los cinco
primeros sábados del mes podía cambiar el destino del
mundo”, afirma la mamá del Beato Carlo Acutis.
Dicha
devoción consiste en que durante esos días se realicen actos de piedad con la
intención de reparar los pecados contra el Inmaculado Corazón de María.
Lo que Carlo Acutis decía de la Virgen
Antonia
indica que Carlo Acutis solía decir: “Cada vez que nos dirigimos a la Madre de
Dios, nos ponemos en contacto directo e inmediato con el cielo. Es casi como si
entráramos”.
“Nos
dirigimos a Ella sabiendo que es Omnipotentia supplex (omnipotente
para interceder). Su intercesión está asegurada. Su intervención se da por
hecha. Su oración es infalible”, resaltaba el beato.
Por Abel Camasca
Fuente: ACI