En el marco del mes de la Virgen, recordamos a Santa Madre Teresa de Calcuta, cuya profunda devoción por la Madre de Dios la llevaba a alentar a todos a buscar “a Jesús a través de María”.
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Madre Teresa y Virgen de Guadalupe. Crédito: Mother Teresa Center / Manos sujetando Rosario. Crédito: Myriams Photos, Pixabay |
La santa llegó por primera vez a India
en 1929, a los 19 años. Era religiosa de la Congregación de las Hermanas de
Loreto.
Viendo el drama de la miseria en las calles de Calcuta, una de
las ciudades más pobres de la India, en 1950 siente el llamado de Cristo a
fundar la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Su carisma es el
servicio libre y gratuito a los más pobres de entre los pobres. Más tarde
vendrán otras cuatro ramas: Hermanas activas y contemplativas, Hermanos activos
y contemplativos, y los sacerdotes y laicos Misioneros de la Caridad.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Cyril D’ Silva, Misionero
de la Caridad, recordó que la Madre Teresa tenía un constante y “muy sencillo,
pero muy profundo” gesto para la Virgen: “En sus viajes llevaba en su bolsa una
pequeña imagen de la Virgen María que decía: ‘Ella es mi compañera,
acompañándome para saciar la sed de Jesús en el calvario viviente’”.
El P. D’ Silva explicó que la devoción de Santa Teresa de
Calcuta por la Virgen María era como la de “una pequeña niña que confiaba toda
su vida a esta Madre Celestial”.
El sacerdote Misionero de la Caridad recordó que también tuvo
“mucho impacto” en la Madre Teresa el “mensaje de Fátima”, que conoció “cuando
era adolescente”.
El P. D’ Silva explicó que “esta devoción muy profunda” de la
Madre Teresa por la Virgen María se puso de manifiesto cuando debió nombrar la
primera casa para enfermos moribundos recogidos de la calle.
“Se llama Nirmal Hyrdoy, que significa ‘Inmaculado Corazón de
María’”, señaló.
Para el sacerdote de la congregación fundada por la Madre
Teresa, resulta claro que “al estar cerca de Nuestra Señora, podemos encontrar
la gracia y el coraje para superar nuestras propias pruebas y cruces
personales”.
“Nuestra Señora nos ayuda, como lo encontró la Madre Teresa en
su visión, a convertirnos en contemplativos al pie de la cruz, para descubrir
la presencia y el amor de Dios, incluso en medio de nuestras pruebas y noches
oscuras”, expresó.
Para la Madre Teresa, recordó, “nada es imposible para todos los
que llaman a María ‘Madre’”.
Por
Ana Paula Morales
Fuente: ACI