ESCALERAS DE PIEDRA DEL REFECTORIO
Dominicas de Lerma |
Tenemos unas escaleras de piedra, son solo cuatro peldaños, pero
cada día las usamos varias veces, porque están en un lugar central del
monasterio. Creo que serán de la fundación, o sea del siglo XVII, por lo tanto,
tienen unos cuantos años encima.
Hoy al bajar me he dado cuenta de que están desgastadas, muy
desgastadas. La piedra al desgastarse, se pule, se pone brillante, en
definitiva cambia. ¡Pensaba que a estas escaleras el uso continuado las ha
cambiado!!!
Al instante pensé también en la vida espiritual, en nuestra
vida. ¡Cuántas veces creemos que no puede cambiar algo o alguien o nosotros
mismos! Nos abatimos creyendo que nada cambiará en nosotros, en tal situación
compleja, que las dificultades son para siempre o no vemos soluciones. Sin
embargo, el Señor no deja de recordarnos que sin Él no podemos nada, pero con
Él, en su nombre, nos ha prometido hacer cosas incluso mayores que las que Él
hacía en su vida terrena.
Cada mañana, al empezar la oración, cantamos un salmo, el 94,
que invita a reconocer a Dios y a alabarlo; una de las estrofas dice: “Si hoy
escucháis su voz, no endurezcáis el corazón” En el Antiguo Testamento el pueblo
era reprendido por su dureza de corazón, pero estamos en el Nuevo Testamento,
ha venido Cristo y si perseveramos con Él… ¡¡¡¡La piedra se pule!!!!
Esta imagen me dio una gran alegría que os comparto. Con Jesús
cada día se pule, se alisa, se abrillanta nuestro corazón mucho más que las
escaleras, y cambiando nuestro corazón cambian todas las demás cosas con las
que nos relacionamos. ¡Ah! Jesús con su Espíritu no deja de obrar en nosotros.
Si te llega el desánimo recuerda, si Jesús está contigo todo va cambiando.
Hoy el reto del amor es decirle muchas veces: Creo en Ti, creo
en tu poder, creo que estás conmigo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
10 marzo 2023
Fuente: Dominicas de Lerma