“La fe sin obras es una fe muerta y todo joven católico tiene el deber de dar testimonio público a través de su ejemplo de vida y de su piedad”.
Rosario de la Juventud. Fotos: J.M.C. Dominio público |
Una estampa que el arzobispo de Madrid, el cardenal Osoro, se encargó de confirmar con su presencia y aliento a fieles y organizadores con su bendición y una consigna, la de "dar testimonio público de nuestra fe".
Con
estas palabras, el cardenal dio el pistoletazo de salida a una multitud de
jóvenes que le rodeaban antes de impartir la bendición.
"La historia que estamos viviendo
es un momento singular. Dios es necesario y ha de estar presente en
nuestra vida" para "construir" Su "importante
proyecto", afirmó el cardenal al destacar el "santo propósito"
que congregó a miles de jóvenes y familias a su alrededor: "Queremos vivir
no de cualquier palabra, sino de Tu palabra, de Tu vida, de Tu amor. Y queremos
mostrarlo en esta tierra y en este mundo".
Emilio Esteban-Hanza, uno de los
principales organizadores de este rosario público que aglutina el sentir de
numerosas sensibilidades y movimientos de la Iglesia -Schoenstatt, Opus Dei,
Adoración Nocturna, Camino Neocatecumenal, Instituto Cristo Rey o fieles de la
Misa Tradicional, entre otros- repasó antes de comenzar los pilares del Rosario
de la Juventud.
"Un modelo de sociedad en que
Cristo reine"
Se
refirió en primer lugar al enunciado por el cardenal de llevar a cabo "una manifestación pública de fe".
"La
fe sin obras es una fe muerta y todo joven católico tiene el deber de dar
testimonio público a través de su ejemplo de vida y de su piedad. Cuanto más secularizada está una
sociedad, más importante es la presencia de símbolos religiosos en la
vida pública que recuerden a todos el sentido trascendente de nuestras vidas y
que estamos en este mundo con el objetivo de conquistar el Cielo",
expresó.
Hanza
también se refirió al "apostolado": "La fe crece dándola, no es un sálvese quien pueda, es un
tesoro que no podemos reservar para nosotros mismos, sino que tenemos el deber de compartir y
transmitir a todo aquel que nos rodea".
También
citó al cardenal Sarah -"nada hay más poderoso que una persona rezando de
rodillas"- para expresar que el Rosario por la Juventud aspira a colaborar
en la construcción de
"un modelo de sociedad en la que Cristo reine y en la que todos
tratemos de ser dignos hijos de Dios".
Lanzó
un último mensaje: "La fe
católica está viva en nuestra sociedad y en Occidente, la llama sigue viva en
nuestras almas y en la de millones de hermanos en la fe en todo el mundo. Vivir
sin fe y sin sostener en una lucha continua la verdad no es vivir, sino ir
tirando, y nosotros debemos vivir".
Peatones que se unen y bendiciones en la
calle
A
estas palabras le siguieron cerca de dos horas de oración y cánticos que sorprendieron a miles
de peatones que paseaban por las calles o tomaban algo en una terraza. Una
abrumadora mayoría de quienes se encontraban con la marea de jóvenes les
respondía con simpatía,
sonrisas y miradas de complicidad.
Los
que se unían a la marcha de forma espontanea se contaban por decenas y cientos
de flashes y smartphones trataban de
inmortalizar una escena que, si todo sucede "Dios mediante" como
dicen los organizadores, se
repetirá cada año.
Tras
superar las estrechas calles del centro de Madrid, la amplitud de una Gran Vía
totalmente cortada en sentido descendente permitía a los sacerdotes comenzar a confesar e impartir la
bendición a quien lo solicitaba en plena calle, mientras se iban haciendo
visibles una multitud de banderas del Sagrado Corazón que la organización
recomendó llevar.
Como
posteriormente confirmaron varios voluntarios y asistentes al Rosario a Religión
en Libertad, la experiencia va granjeando aprendizaje en los
organizadores del Rosario por la Juventud. No en vano es su tercera edición y
son conscientes de que con una afluencia masiva y en plena calle, la logística
es crucial. Reparando la "novatada" de las dos ediciones previas, un amplio dispositivo de megafonía costeado
por organizadores y donaciones de voluntarios ha permitido el rezo de los
misterios de forma simultánea y acompasada de principio a fin.
¡Viva Cristo Rey!
Los
cánticos también fueron una constante entre misterio y misterio, alternando las
solemnes estrofas del Christus Vincit, con el
épico Viva Cristo Rey o el María,
mírame, entre otros.
El
momento álgido de la jornada se desató precisamente al entonar el himno cristero en plena Gran Vía,
ante el cual asistentes, religiosos y peatones respondían al grito de
"Viva", seguidos de otros reclamos a la Virgen María, a la fe y a la
"España católica".
La
alegría, las miradas de complicidad entre asistentes, conductores de la acera
contraria y los peatones, la devoción
y la determinación de llevar la oración a las entrañas de la ciudad fueron
una constante hasta la remodelada Plaza de España, que quedó abarrotada tras la llegada
de la columna de jóvenes en oración.
"Lo que España necesita"
"Ha sido una pasada, es lo que
necesita España a día de hoy. En muchos momentos parece que los
jóvenes estamos dormidos, por eso viene muy bien avivar la fe, que al final son
las raíces de España", comenta ilusionado a este medio Beltrán, un joven
estudiante de ADE de poco más de veinte años.
Acompañado
por un nutrido grupo de amigos que no superarían los 22 años de media, le
secundaban al expresar que "muchas veces se olvida lo que supone ser español" y que "estar
abanderados y liderados como tales por la fe católica es un privilegio
del que tenemos que ser conscientes y vivirlo con muchísimo orgullo e
ilusión". "Ese es el orgullo", remarca.
Preguntado
por los problemas que a su juicio se ceban más en la situación de España,
destaca "la falta de confianza en que Cristo vence", pero
especialmente "en la vergüenza
que frena a los jóvenes a la hora de lanzar el mensaje y de
creérselo". "La fe y muestras de oración pública como estas",
expresa convencido, "pueden arreglarlo por completo".
Una fe muy viva, y con reemplazo
generacional
Aunque
los organizadores del Rosario destacaron una presencia aún más "netamente
joven" si cabe que en la anterior edición, decenas de religiosas de diversas órdenes constituyeron
una parte destacada en la jornada.
Las Reparadoras de la Virgen de los
Dolores, congregación dedicada a la reparación a través de la oración y a
la asistencia de los más necesitados fueron solo un ejemplo.
Preguntadas
por su impresión al ver a miles de jóvenes en oración, se mostraron
"emocionadas". "Es ver que la fe en Dios está viva y que los jóvenes cogen el testigo de
Jesucristo, del amor a la Virgen, y eso llena el corazón de alegría",
expresó una de ellas, la hermana Marta.
"Hemos
perdido el sentido y la presencia de Dios en nuestras vidas y cuando lo
hacemos, todo se derrumba", añadió.
¿Puede
ser significativa la oración de los jóvenes de este sábado frente a esa pérdida
de trascendencia? Para la religiosa, no solo es reseñable, sino también
necesaria. "El Señor no
quiere que vivamos nuestra fe escondidos en una cueva, si no que demos
testimonio de ella con libertad", añade.
Otra
reparadora, la hermana Ana, destacó la importancia de la coherencia. "Al
igual que el mal ejemplo se transmite, el buen ejemplo también", explica.
Ella observa que hoy día hay quienes "quieren quitar a Dios [de lo
público] y que desaparezca", por eso es tan importante mostrar "que Dios está vivo, y que mucha gente
ha dejado todo por seguirle", como también ellas hacen día a día.
Una semilla que va dando frutos
Para
la organización, lo vivido este sábado ha sido sin lugar a dudas "un éxito
en la asistencia -se cifra en unas 3.000 personas-, en la organización y
coordinación".
"Hemos mejorado notablemente la
megafonía, se ha conseguido que llegue a toda la columna y una unidad
importante en la oración", valora Emilio Esteban Hanza. También recogió la
"gran devoción a la Virgen" que se mostró en el rosario, una
"configuración más eminentemente joven" que en la anterior edición y
agradeció especialmente la presencia del cardenal Osoro como muestra de un "apoyo de la Iglesia" que
"siempre es necesario".
Calidad
y cantidad se dieron la mano en esta nueva edición del Rosario de la Juventud.
La organización no tiene tiempo que perder, y aseguran a Religión
en Libertad que la preparación de la siguiente edición ya está
en marcha.
Pero
hoy toca celebrar y asentar conclusiones. Para Ricardo Martín de Almagro, otro miembro de la Asociación del
Rosario por la Juventud de España, lo sucedido hoy "es un motivo para estar contentos y
mirar con esperanza y alegría el futuro".
"Hay
una nueva generación de católicos que son bastante conscientes de la
importancia de su fe, del apostolado, de los símbolos y eso da esperanza. Es una semilla de la que el día de
mañana irán surgiendo sus frutos", concluye.
El
fin de semana de oración en las calles no concluye en Plaza de España. Este domingo se ha rezado el Rosario
por España, que se viene rezando desde hace una década en las principales
ciudades los días 12 de cada mes.
José María Carrera
Fuente: ReL