La frase que dicen millones en todo el mundo se originó hace muchos siglos, como muestra un descubrimiento reciente
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Roman Samborskyi | Shutterstock |
Si hablamos de los
orígenes de la expresión, ha habido un descubrimiento reciente en los archivos
de la Catedral de Hereford en Inglaterra que
podría arrojar algo de luz sobre el asunto.
Hasta hace poco se creía
que era el obispo
católico encarcelado John Fisher en 1534 quien estaba detrás de
la frase, según
Northern Wilds .
El obispo había sido
encarcelado por negarse a reconocer a Enrique VIII como Jefe Supremo de la
Iglesia y el Clero de Inglaterra. Como las condiciones en la cárcel eran
duras, le escribió a Thomas Cromwell, el defensor de la Reforma de Enrique
VIII, para pedirle algunos elementos esenciales, y firmó con:
«Y este, nuestro Señor Dios, te envía una
feliz Navidad.»
Desafortunadamente para el
obispo, perdió la cabeza poco después, pero se le reconoció como santo en
la Iglesia Católica unos siglos después. Curiosamente, Cromwell también
perdió la cabeza por atreverse a estar en desacuerdo con el tiránico Enrique
VIII.
Un obispo anterior a san Juan
Fisher
Si bien este origen ha
sido popular durante muchos años, solo se ha cuestionado recientemente cuando
se descubrió otra carta de otro obispo, como
informa la BBC .
En 1520, 14 años antes de
la carta del obispo Fisher, el obispo Charles Booth de
la catedral de Hereford le escribió a su colega el canónigo William
Burghill. Booth comienza la carta con:
«Ruego
a Dios que todos estén en buena caridad y feliz esta Navidad».
Si bien la ortografía es
pintoresca para los estándares modernos (escribió ‘mery
christmas’), es fácil reconocer «Feliz Navidad». Es
posible que nunca sepamos quién inspiró a Booth a decir eso, o si él mismo
inventó la expresión, pero es divertido ver cómo millones de personas en todo
el mundo todavía dicen una frase de siglos de antigüedad.
Y solo para transmitiros
este mensaje, ¡todos en Aleteia os deseamos a vosotros y a vuestras familias
una muy Feliz Navidad!
Cerith Gardiner
Fuente: Aleteia