Sobre la exhortación del papa Francisco Christus vivit, ofrecen estos puntos “para reflexionar sobre la educación en familia en el proceso de discernimiento de la vocación”
Cartel de la Jornada |
Para
el día de la Sagrada Familia, los obispos responsables de esta pastoral
sugieren a las familias que uno de los miembros de la familia lea el
siguiente texto de la Palabra de Dios (Dt 5, 16):
"Honra
a tu padre y a tu madre, como el Señor, tu Dios, te ha mandado, para que se
prolonguen tus días y te vaya bien en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a
da".
Posteriormente, los miembros de la familia hacen unas peticiones por la
Iglesia, por "las familias que viven la pobreza, por las que sufren
la enfermedad, por las que están fuera de su patria, para que experimenten el
amor de Dios a través de nuestra caridad. Te lo pedimos, Señor y por último,
por los miembros de la familia para que "acojamos el plan de Dios
para nosotros y crezcamos en el amor.
Después
y delante del belén, se puede cantar unos villancicos.
La familia, lugar de vocación al amor
Los
obispos sitúan a la familia como lugar
privilegiado de acogida y discernimiento de la vocación al amor “en
estos momentos en los que atravesamos un invierno vocacional” al sacerdocio, a
la vida consagrada y al matrimonio cristiano. Ante esta situación, “no
queremos instalarnos en una queja estéril que contempla
pasivamente este ocaso de las vocaciones” porque “estamos convencidos de que la
felicidad de cada persona pasa por el descubrimiento y vivencia en plenitud de
la vocación que Dios ha soñado para ella desde toda la eternidad”.
Para descubrir esa vocación, entienden que es fundamental el papel de la familia en la formación de sus hijos y señalan que ninguna institución puede suplir su labor en la educación, «especialmente en lo que se refiere a la formación de la conciencia. Cualquier intromisión en este ámbito sagrado debe ser denunciada porque vulnera el derecho que tienen los padres de trasmitir a sus hijos una educación conforme a sus valores y creencias”.
Diez pautas a la luz de la exhortación Christus vivit
Así,
y cogiendo como base la exhortación del papa Francisco Christus vivit, ofrecen diez
pautas “para el discernimiento de la vocación y
reflexionar sobre la educación en familia para facilitar a los hijos el proceso
de discernimiento de la vocación”.
- La familia es el
ámbito privilegiado para escuchar la llamada del Señor y para aprender a
responderle con generosidad, porque –explican- “es el ámbito en que uno es
amado por sí mismo, no por lo que produce o por lo que
tiene”.
- Señalan
como “un aspecto esencial“ la educación en la fe.
En familia es donde mejor se aprende la
relación con Jesucristo vivo, “el miembro más importante
de la familia, a quien se consultan los temas importantes, se le confían
todas las situaciones, a quien se le pide perdón cuando hemos fallado”.
Por eso animan a rezar en familia y a participar en los sacramentos.
- Invitan a cuidar
la formación en las virtudes “para que los llamados
puedan dar su sí generoso al Señor y mantenerse fieles a este sí”. Entre
estas virtudes, destacan la fortaleza, “para poder ir contracorriente
frente a la sociedad del bienestar”. En esta formación se incluye “la
afectividad y la sexualidad en el ámbito más amplio del amor
verdadero”.
Encuentro con Cristo
- Frente
al zapping constante, navegar en dos o tres pantallas simultáneamente e
interactuar al mismo tiempo en diferentes escenarios virtuales, exhortan a
vivir la experiencia de encuentro con
Cristo, “escuchar su Palabra y a reconocer su voz por
medio del discernimiento”, abierto a la posibilidad de consagrarse a Dios
en el sacerdocio o en la vida consagrada.
- También
aconsejan a los padres tener muy presente en la formación de sus hijos que “no
somos dueños del don sino sus administradores cuidadosos”.
- Los
padres deben enseñar a sus hijos, precisan, “a reconocerse
como don” y acompañarlos en el discernimiento, “pero
no tomar las decisiones por ellos”.
- Una
clave muy importante que debe tenerse presente es
considerar la vida como ofrenda. Inculcar que “yo soy una
misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”.
Forjar a los hijos en la caridad
- Forjar a los
hijos en la caridad es otra de las pautas que
señalan los obispos porque “la familia no es una célula aislada en sí
misma, a la que no importa lo que sucede alrededor. Esta dimensión
caritativa empieza en la familia ampliada, cuidando especialmente a los
abuelos y a los mayores, pero debe estar abierta a las necesidades de los
demás”.
- Como
no se puede amar lo que no se conoce, otra propuesta es fomentar
el conocimiento de las diversas vocaciones e
instaurar una cultura vocacional. Lamentan que familias
cristianas “se opongan a la vocación de sus hijos al sacerdocio o a la
vida consagrada o que les pidan que prioricen su futuro profesional,
postergando la llamada del Señor”. En cuanto a la vocación al matrimonio,
“no hay nada más estimulante para los hijos que ver a los propios padres
vivir el matrimonio y la familia como una misión, con felicidad y
paciencia, a pesar de las dificultades, los momentos tristes y las
pruebas».
- Además,
indican, como Iglesia, “tenemos la misión de acompañar
a las familias que viven en nuestras comunidades”.
Acercarse “a las familias que viven la marginación y la pobreza; tener muy
presentes a las familias migrantes; no dejar a un lado a las familias que
han sufrido la separación y el divorcio”.
Fuente: ReligiónConfidencial