![]() |
Imagen referencial. Crédito: Pixabay / Dominio público |
Mientras los protestantes aseguran que la Biblia está compuesta
por 66 libros, la Iglesia Católica afirma que el canon bíblico abarca 73 libros
(46 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento).
¿Qué es el canon bíblico?
La palabra canon tiene su origen en el griego kánon (κανών)
que significa "vara de medir". Los primeros cristianos comenzaron a
usar esta palabra para expresar "regla de fe".
Los Padres de la Iglesia emplearon el término "canon"
para referirse al conjunto de libros que debían ser considerados sagrados por
todos los cristianos.
Así se puede constatar en el Concilio de Roma (832), Concilio de
Hipona (393) y el Concilio de Cartago (397). Además, este canon bíblico fue
reafirmado en el Concilio de Florencia en 1442 y en el Concilio de Trento en
1546.
La principal diferencia entre Biblias Católicas y Protestantes
Las Biblias católicas y protestantes se diferencian en la
traducción de algunos pasajes complejos de las Escrituras. Por ejemplo, en
Lucas 1, 28 el término Kejaritomene es traducido por las Biblias
Católicas como "llena de gracia", mientras que las Biblias
protestantes usan la expresión "muy favorecida".
Sin embargo, la mayor diferencia entre ambas es que en las
protestantes se excluyen los 7 libros deuterocanónicos: Tobías, Judis, Baruc,
Ester, I de Macabeos, II de Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico (Sirácides).
Libros deuterocanónicos o apócrifos
Las comunidades protestantes suelen referirse a los libros
deuterocanónicos como libros apócrifos, falsos o de dudosa autenticidad. No
obstante, estos libros siempre han formado parte de la cultura cristiana y eran
comúnmente citados en la Iglesia primitiva.
Es más apropiado referirse a estos 7 libros como deuterocanónicos,
porque pertenecen a un canon o listado distinto al que aceptan los judíos.
¿Por qué la Biblia Católica tiene más libros que la protestante?
Cuando el padre del protestantismo, Martin Lutero, elaboró su
propia traducción de la Biblia al alemán (1534) separó arbitrariamente los
libros deuterocanónicos y los puso en un apéndice entre el Antiguo y Nuevo
Testamento, como si no formaran parte del resto de las Sagradas Escrituras.
Este apéndice venía acompañado por la siguiente explicación:
"Apócrifos: Estos libros no están en igualdad con las Escrituras, pero su
lectura es útil y buena". Martin Lutero, traducción de la Biblia al
alemán, 1534.
Un siglo después, un grupo de teólogos protestantes se reunió en
la Abadía de Westminster para definir que "los libros comúnmente llamados
Apócrifos, por no ser de inspiración divina, no forman parte del Canon de las
Santas Escrituras, y por lo tanto no son de autoridad para la Iglesia de Dios,
ni deben aceptarse ni usarse sino de la misma manera que otros escritos
humanos" (Confesión de fe de Westminster capítulo 1, numeral 3).
Desde entonces todas las comunidades protestantes excluyen de sus Biblias a los libros deuterocanónicos.
Por Yhonatan Luque
Fuente: ACI Prensa