¿J.R.R. TOLKIEN SE INSPIRÓ EN EL CATOLICISMO PARA ESCRIBIR EL SEÑOR DE LOS ANILLOS?

Quizás para muchos católicos puede ser una sorpresa que la obra literaria El Señor de los Anillos haya sido catalogada por su creador, el escritor J.R.R. Tolkien, como “una obra fundamentalmente religiosa y católica”.

Imagen referencial de Hobbiton.
Crédito: Imagen de Masa Hu en Pixabay
En una carta escrita el 2 de diciembre de 1953 para su amigo jesuita Robert Murray, Tolkien le dijo que “el Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica; de manera inconsciente al principio, pero luego cobré conciencia de ello en la revisión”.

“Esa es la causa por la que no incluí, o he eliminado, toda referencia a nada que se parezca a la ‘religión’, ya sean cultos o prácticas, en el mundo imaginario. Porque el elemento religioso queda absorbido en la historia y el simbolismo”, detalló el autor, que profesó la fe católica.

Para ahondar en los elementos católicos de El Señor de los Anillos, ACI Prensa conversó con el historiador argentino Juan Tomas Widow Braceli, director de Sr. Bombadil, un proyecto web que difunde la obra de J.R.R. Tolkien,  C.S. Lewis y G.K. Chesterton.

“Parafraseando a Chesterton, Tolkien no es un escritor católico, es católico y cuando escribe se nota”, dijo Widow.

El historiador explica que, “sin que haya una encarnación de Cristo” en la Tierra Media y “sin la aparición de figuras alegóricas, podemos afirmar que su obra está empapada de catolicismo: en el modo de ver la virtud, la belleza, el papel que tienen los seres pequeños en las grandes gestas, y sobre todo en la eucatástrofe”.

La “eucastátrofe” es un término acuñado por Tolkien para referirse al giro repentino de los acontecimientos en la culminación de una historia que garantiza el “final feliz” del protagonista y que no sea víctima de un terrible destino.  

Según Widow, el autor de El Señor de los Anillos dice “explícitamente en ese mismo sentido que la eucatástrofe de la historia de la Salvación es la Resurrección de Cristo, es el final feliz de la historia humana que tiene su gran culminación en el fin de los tiempos”.

Widow, explica que a partir de “crudas” experiencias como la muerte de familiares y amigos o el haber sobrevivido en la Primera Guerra Mundial, “Tolkien termina reflexionando a lo largo de su vida y de su obra sobre la realidad de la mortalidad y el deseo de permanencia en la eternidad”.

“Es allí cuando reafirma su fe católica, heredada de su madre años atrás”, subrayó.

¿Qué elementos católicos tiene El Señor de los Anillos?

Widow detalla que la escritura de Tolkien  sobre la muerte y la inmortalidad se “hace patente en la figura de los elfos inmortales y de los hombres mortales”.

“Estos últimos deseaban el poder de no morir nunca, pero a la larga la muerte termina siendo nombrada como el don que Ilúvatar (la divinidad creadora de ese mundo) concedió a la raza humana”, dijo.

“En la figura de la elfa Arwen vemos manifiesto esto: elegía la muerte por sobrepasar una eternidad de siglos, ella sola. Porque la inmortalidad en ese mundo es deseada solo cuando es compartida con aquellos que uno ama”, agregó.

¿Por qué Tolkien escribió El Señor de los Anillos?

Widow explicó a ACI Prensa que “buena parte de las historias y los personajes de la Tierra Media surgen de su ‘mitología doméstica’, de aquellos cuentos que les contaba a sus hijos por las noches: Bilbo, Tom Bombadil y Baya de Oro”.

No obstante, cuando Tolkien vio que esas historias podían ser algo más, “pudo escribir en primer lugar El Hobbit, y luego, al hacer una secuela, El Señor de los Anillos”, dijo.

“Con este último, dice él mismo que es algo que escapó de su obra, como buen artista dejó a la obra ser y tomar vida propia”, agregó.

¿Por qué se recomienda leer el Señor de los Anillos?

Al final de la entrevista, el director de Sr. Bombadil, recomienda leer el Señor de los Anillos “porque es literatura sana que llama a ver hacia lo alto, a apuntar a lo trascendente de la vida, del amor, de la amistad y otras cuestiones que se nos presentan en lo cotidiano”.

“Nos invita a renovar la mirada, a observar y maravillarse ante las cosas que vemos cada día. Sin que haya una mención explícita de Dios en ninguna página de El Señor de los Anillos, llegamos a la conclusión de que aparece a lo largo del texto”, concluyó.

POR DIEGO LÓPEZ MARINA 

Fuente: ACI