Este domingo ha tenido lugar en la Catedral de Barbastro -Diócesis de Barbastro-Monzón- la celebración de la primera sesión de la de la Causa de Beatificación de los Siervos de Dios Félix Sanz Lavilla y 251 compañeros mártires. Concretamente, 210 sacerdotes, cinco seminaristas, tres clarisas y 34 laicos.
Comisión de Beatificación. Dominio público |
Esta primera sesión de la Causa ha tenido lugar al finalizar la
Santa Misa celebrada con motivo de la fiesta de los Mártires del siglo XX, como
se llama a los miles de martirizados durante la II República española
(1931-1939). Se trata de una
de las mayores persecuciones de la historia de la Iglesia, que en Barbastro
se llevó por delante la vida del 84% del clero.
Retransmitida por La
2 de TVE en El Día del Señor, la
multitudinaria Misa fue presidida por el obispo, Ángel Pérez, y concelebrada
por el Presbiterio, con participación de fieles llegados de todas las unidades
pastorales de la diócesis y familiares
de los asesinados durante la persecución, agradecidos por el inicio de este
procedimiento que llevará a los altares a sus difuntos familiares.
Durante la homilía, el obispo recordó que los mártires que ayer
comenzaron su causa de beatificación "han llegado a descubrir que la
verdad más profunda, pese a las contrariedades que les pueda tocar vivir, es
responder con autenticidad a una única pregunta: desde dónde quieres Señor que te ame, te sirva o te siga".
En este sentido, el obispo recordó que el martirio "es un don" y que cada uno encuentra
"su propia vocación martirial asumiendo el proyecto que Dios" tiene
sobre él.
En el caso concreto de los mártires su testimonio de fe transmite
una lección: "Que cuando nadie repara en ti, ni te entienden, cuando te
silencian o ningunean, cuando todo se tuerce o fracasan todos tus proyectos…
sólo la fidelidad al Padre, el abandono de fe, la entrega en obediencia
martirial que vivió Jesús, te ayudarán a descubrir paradójicamente cómo también se puede perder y, sin embargo,
ganar".
También
intervino el vicepostulador de la causa, Antonio Plaza, que denunció el "plan de
exterminio de la fe cristiana surgido a partir del 19 de julio de 1936"
que tuvo como desenlace la extinción del clero en Barbastro.
"Todos fueron a la muerte conscientes, serenos, conformados y
perdonando a sus verdugos. Unos
nacieron aquí y otros en otros lugares pero todos murieron de la misma forma,
con un disparo y compartieron las mismas fosas comunes. Todos se
animaron y se apoyaron en el martirio", señaló Plaza.
También recordó a los familiares como los mártires "sembraron"
la fe en la sociedad actual y, si bien el proceso pueda haber llegado
"quizás tarde", animó a los familiares "a recuperar su recuerdo y a recopilar sus objetos
-`serán reliquias de mártires, siempre veneradas por la Iglesia´-, y a
rezarles porque tienen mucha influencia en Dios".
Asimismo ha señalado que esta beatificación llega "en un
momento oportuno, porque la religión es ignorada y hacen faltan cristianos
convencidos y convincentes" para la transformación de la sociedad.
"Vivieron y murieron amando y perdonando, ellos nos dan el camino",
concluyó Plaza.
Precisamente hace una semana, entre el 28 y el 30 de octubre,
tuvieron lugar las X
Jornadas Martiriales de Barbastro, donde un amplio elenco de autoridades y
especialistas nacionales e internacionales enfocaron la labor de los mártires
de Barbastro desde el prisma caritativo y social.
En ellas participaron el sacerdote bloguero de Religión en
Libertad, Jorge López
Teulón, así como el doctor en historia y autor de Barbastro,
una diócesis mártir, Martín Ibarra Benlloch, que presidió
las jornadas.