En tu debilidad está tu felicidad
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Ayer acompañé a una hermana a urgencias. No
parecía grave pero el médico de cabecera quiso asegurarse y nos pidió que le
hicieran una prueba en el hospital de Burgos. Al acabar, nos fuimos contentas
con un tratamiento. Sin embargo, la sorpresa que nos esperaba era que, entre la
espera y la prueba, nos pasamos cuatro horas en urgencias.
Seguro que a ti también te ha pasado alguna
vez. Durante esa espera me dio tiempo a muchas cosas. La más importante fue
ejercitar la paciencia, porque no veía el momento que nos llamaran y podernos
ir. Acepté que sería larga la espera y me dediqué a rezar por todas las
personas que estaban en la sala, las que iban llegando y marchándose.
Me impresionó mucho el dolor en la cara de los
enfermos, su rostro te decía todo, te expresaba dolor, incertidumbre… por otro
lado, el acompañante les miraba y no sabía muy bien que hacer para aliviar al
enfermo. En la sala no se escuchaba nada, reinaba el silencio, cada uno estaba
en su dolor. Le pedía al Señor por cada uno que los bendijese, que los
aliviara, que los sanara y que, en esa enfermedad, se encontraran con Él.
Allí pude ver mucha debilidad. Cuando nos
sentimos débiles estamos más abiertos a recibir ayuda, humana y divina. La
debilidad nos devuelve a nuestra realidad de hombres. Nos damos cuenta que no
podemos controlar todo, que la salud no está en nuestras manos y quizás ni en
las manos de los médicos. Estás en las manos de un Dios que te ama. Muchas
veces no puedes ver al Señor en el dolor porque la visión se te nubla. Pero Él
siempre está.
Si leemos el Evangelio vemos que a los que más
se acercó Jesús fue a los enfermos. Ellos le gritaban que les curase y Él se
acercaba, les tocaba y quedaban curados. Porque en tu debilidad está tu
felicidad. La debilidad nos hace mirar al Cielo. Como les hacía mirar al ciego
de nacimiento, al paralítico o a la mujer con hemorragias. Jesús quiere ser
fuerte en nuestra debilidad, quiere que puedas vivir estos momentos que son
inherentes al hombre, que los vivas con paz, con la esperanza puesta en el
Cielo.
Hoy el reto del amor es mirar a Cristo en tu
debilidad. No dejes que la tentación te desespere, que no pueda con tu fe. Dios
te ama y está contigo, dale la mano y camina con Él. Que su paz sea tu fuerza.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
02 noviembre 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma
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