Fundó Puertas Abiertas, un apostolado que hoy ayuda a 2 millones de cristianos al año
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Hermano Andrés. Dominio público |
Falleció el 27 de septiembre en su casa. Durante 59 años contó con
el apoyo firme de su esposa Corry, que murió en 2018. Han dejado cinco hijos y once nietos. Sus hijos, explica la
familia, sirven al Señor en distintos apostolados pero no en Open Doors, porque
el mismo Hermano Andrés quiso evitar que la asociación estuviera ligada a su
familia.
Anne Van der Bijl visitó unos 125 países para apoyar a los
cristianos de todas las denominaciones perseguidos y discriminados. Hoy Open Doors trabaja en 60
países, publica informes internacionales sobre la persecución a cristianos y
apoya directamente a unos 2 millones de cristianos en países con persecución.
Herido en Indonesia,
llamado por Dios en Polonia
El Hermano Andrés nació en 1928 en Sint Pancras, un pueblecito
holandés. Creció bajo la
ocupación nazi, escondiéndose en el campo para no ser reclutado en sus
servicios. Padeció la hambruna de la guerra de 1944: "comíamos
bulbos de tulipán", recordó.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946, con 18 años, entró al servicio militar y fue enviado a
Indonesia, que entonces eran las Indias Orientales Holandesas, en
plena guerra de independencia. Él mismo admite que participó en matanzas absurdas contra aldeas de civiles,
que le traumatizaron. Volvió en 1949, con un tobillo destrozado por
disparos. No sabía qué hacer con su vida, pero se volcó en Dios y se apuntó a un curso de formación de
misioneros.
En Polonia descubrió que había cristianos bajo ese un régimen
antirreligioso, y que estaban desesperados por conseguir biblias. Era 1955. Fue a Polonia al Festival Mundial
de la Juventud Comunista. Allí, discretamente, rezó por ellos. Y en
ese momento sintió que Dios le inspiraba un versículo de Apocalipsis 3,2: "Reanima lo
que queda y que está a punto de morir". Decidió
ayudar a esos cristianos bajo la tiranía comunista, hacerles llegar Biblias y
libros sobre la fe.
En una primera fase, se metía en países de Europa Oriental con un pequeño escarabajo
volkswagen azul, relleno de pequeñas Biblias ocultas. Así empezó por
Yugoslavia en 1957. Ese coche se convertiría en un logo de Puertas Abiertas.
"El Contrabandista de
Dios", un libro que tocó a millones
En 1967 publicó el libro "El
Contrabandista de Dios", con la ayuda del periodista John
Sherrill y su esposa Elizabeth, quienes poco antes habían participado en dos de
los libros más influyentes del cristianismo del s.XX: "La
Cruz y el Puñal", en 1962, del reverendo David Wilkerson,
libro que influiría en la creación de la Renovación Carismática Católica, y "Hablan
otras lenguas", en 1964, sobre la oración en lenguas.
En El Contrabandista de Dios contaba
sus experiencias entrando en países comunistas cargado de Biblias prohibidas.
¡En alguna ocasión introdujeron una máquina de impresión completa!
Más adelante publicó La ética del contrabando, La
llamada, Creyentes
secretos (sobre
cristianos conversos en entornos musulmanes)... Puertas Abiertas calcula que vendió unos 10 millones de
libros de sus primeros 16 títulos en 35 idiomas. No publicó El
Contrabandista de Dios en holandés, porque quería evitar
hacerse famoso en su país.
En Christianity Today recuerdan
un chiste holandés de finales de los 60: "Si los rusos llegan antes a la luna, encontrarán allí al Hermano
Andrés con un montón de Biblias".
Los contrabandistas de Biblias eran cristianos apasionados por la
causa. Solían ir en pareja. Se
hacían pasar por novios de luna de miel que recorrían los países del Este. Otras
veces cruzaban por fronteras remotas, sin carretera. Según el libro El
Contrabandista de Dios, ninguno fue nunca arrestado, y lo atribuye a numerosas
inspiraciones del Espíritu Santo: cambiar de ruta, ir a otros sitios, rezar
para que Dios guiara las decisiones...
Desde 1967, al ser ya conocido, el evangelizador holandés dejó
esos viajes clandestinos y se
volcó en tareas de apostolado y ayuda a los cristianos desde Occidente. Impulso
operaciones cada vez más atrevidas. Fue asombrosa la de junio de 1981, cuando un equipo de 20 hombres llevó un
barco con un millón de Biblias a un puerto de China y los cristianos
locales las recibieron y repartieron por el país.
Con los cristianos bajo el
Islam
Luego, en 1989, con la caída del comunismo, el hermano Andrés,
empezó a centrarse en ayudar
a los cristianos en países de persecución y hostilidad islamista. Visitó
mucho Pakistán, y las comunidades tradicionales cristianas de Oriente Medio,
católicas, ortodoxas, siríacas...
En varias ocasiones se entrevistó con líderes de grupos violentos
que controlaban territorios, como los talibanes, Hamás o Hezbolá. Siempre decía
que lo hacía por compartir el Evangelio con ellos. A los cristianos perseguidos les instaba a ser pacientes y
no responder nunca con la violencia y el odio.
De su visita a Yaser Arafat en Palestina logró su protección para abrir una librería cristiana en
Gaza y hablar del cristianismo en la Universidad Islámica de ese
territorio.
El embajador de EEUU para la libertad religiosa, Rashad Hussain,
reconoció su legado al morir el Hermano Andrés: "Promovió incansablemente
la libertad religiosa, una fuente
de esperanza para los cristianos perseguidos de todo el mundo. Siento
gratitud porque su legado pervivirá en el trabajo de Open Doors", declaró.
Justin Welby, el actual arzobispo anglicano de Canterbury, explica
que él se convirtió hacia 1975, enseguida leyó el libro del Hermano Andrés, e inspirado por él, Welby y su esposa
Caroline pasaron biblias y libros cristianos de contrabando a inicios de los 80 en
Checoslovaquia y Rumanía, con una organización cristiana distinta a Open Doors
pero inspirada en ella.
Fundada en 1955, Open Doors hoy cuenta con más de 25 oficinas
alrededor del mundo y trabaja en más de 60 países. Cada año reparte más de
300.000 biblias.
P. J. Ginés
Fuente: ReL