En Tanzania aumentan los ataques físicos contra los albinos, al extenderse la creencia de que se puede hacer negocio con sus órganos en el mercado de la brujería.
En
muchos países de África negra se
agrede a las personas con albinismo, bien porque son vistos como malditos o
distintos, bien porque se supone que sus órganos son especialmente valiosos
para actos de brujería. Una religiosa misionera polaca de la SMA con algunos
de los niños que ayudan en Tanzania. Dominio público
Además, el sol y el clima les golpean
especialmente, porque son especialmente vulnerables a enfermedades de la piel.
Ahora
los misioneros de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA) lanzan en Tanzania, en la
ciudad de Mwanza, un hogar para 14 chicos y chicas albinos. Quieren se
que parezca más a "una gran familia africana" que a un internado, y
por eso han limitado el número de jóvenes que buscan acoger. El hogar se llama
Tanga House.
Les
acompañarán en la casa dos tutores permanentes y algunos voluntarios y
recibirán formación de calidad y el calor de una gran familia.
Acoger, proteger, educar e integrar
El
padre Janusz Machota, de la Provincia SMA de Polonia, destaca en un comunicado
a agencia Fides que en
Tanzania aumentan los ataques físicos contra los albinos, al extenderse la
creencia de que se puede hacer negocio con sus órganos en el mercado de la
brujería.
“La
prioridad de nuestro proyecto - explica el p. Machota - está ayudando a los
niños más necesitados, más vulnerables y más abandonados, como los albinos. No
sólo tienen que luchar contra esa terrible ideología y agresión hacia ellos,
sino que también luchan con muchos otros
problemas de salud: dificultades de visión y, sobre todo, el más peligroso de
todos, el cáncer de piel, acentuado por el fuerte sol africano. Las
personas albinas en general tienen menos oportunidades de obtener una buena
educación y un trabajo. Muchos de ellos nunca formarán su propia familia",
lamenta el misionero.
El
programa no sólo ofrece un hogar sino un camino de integración en la sociedad
tanzana, y ofrece también actividades para niños y jóvenes del barrio.
“Nos
esperan tareas exigentes", admite el padre Machota, "pero lo que es
más importante que el trabajo de construcción y la recaudación de fondos es
construir una familia real. El barco con la vela llamado Tanga parte para el
viaje de la vida, desde el puerto de Mwanza hacia los horizontes ilimitados,
para llevar a nuestros niños y jóvenes hacia la realización de sus sueños".
Fuente: ReL