El Papa Francisco recibió este jueves 22 de septiembre en el Aula Pablo VI del Vaticano a miembros de la empresa Deloitte, una de las 4 auditoras más grandes del mundo donde trabajan 350.000 personas, lo que el Papa definió como “una gran responsabilidad”.
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| Papa Francisco con empresarios de Deloitte. Crédito: Vatican Media |
A continuación, el Papa Francisco señaló que “la humanidad está globalizada e
interconectada, pero la pobreza, la injusticia y la desigualdad
persisten”.
“Entonces, ¿cuáles son las condiciones para que un consejero, un
coordinador de consejeros, un profesional con experiencia ayude a invertir o al
menos a corregir el rumbo?”, preguntó.
Ante esto, el Papa propuso 3 claves:
1. Mantener viva la conciencia
“La primera sugerencia es mantener viva la conciencia de que
puedes dejar tu huella”, dijo el Papa a continuación.
Explicó además que esto “se trata de que sea una buena señal, que vaya en la
dirección del desarrollo humano integral”.
“Esto da a su organización y a cada uno de ustedes la capacidad de
orientar las elecciones, influir en los criterios, evaluar las prioridades para
las empresas, las universidades, los organismos supranacionales, los gobiernos
nacionales y locales, y para los responsables políticos”, aseguró.
“Una buena pregunta para evaluar lo que funciona y lo que no
funciona sería: ¿qué tipo de mundo queremos dejar a nuestros hijos y nietos?”,
dijo el Santo Padre.
2. Responsabilidad cultural
Como segunda propuesta, el Papa Francisco animó a que los empresarios ejerzan su
responsabilidad cultural, “que también se deriva de la riqueza
de la inteligencia y las conexiones que tiene a su disposición”.
“Por responsabilidad cultural entiendo dos cosas: asegurar una
calidad profesional adecuada y también una calidad antropológica y ética que le
permita sugerir respuestas coherentes con la visión evangélica de la economía y
la sociedad, es decir, con la Doctrina Social Católica”, defendió.
3. Valorar la diversidad
“En los últimos quince años, -dijo el Papa-, el mundo ha atravesado graves y
continuas crisis”.
Ante esta situación, animó a hacerse la siguiente pregunta: “¿Qué
puede hacer el responsable de la toma de decisiones en este contexto difícil e
incierto? Pueden hacer mucho”, aseguró.
“Puede plantear sus análisis y propuestas según una visión
integral: de hecho, el trabajo digno de las personas, el cuidado de la casa
común, el valor económico y social, el impacto positivo en las comunidades son
realidades interconectadas”, dijo a continuación.
“Espero que
puedan ayudar a las organizaciones a responder a esta llamada. Tienen
las habilidades adecuadas para colaborar en la construcción de ese puente
necesario entre el paradigma económico actual, basado en el consumo excesivo y
que vive su última fase, con el paradigma emergente, un paradigma estructurado
en la inclusión, la sobriedad, el cuidado y el bienestar”, añadió.
Por último, animó a los presentes a convertirse en “consultores integrales” y
“a cooperar en la reorientación de la forma de ser de este planeta nuestro que
hemos hecho enfermar, en clima y en desigualdad”, concluyó.
