La Embajada de Italia en Venezuela condecoró con la “Orden de la Estrella de la Solidaridad Italiana” a Sor Rina Dalla Costa, una religiosa de las Hijas de María Auxiliadora de 90 años, misionera en Venezuela desde 1954.
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| Sor Rina Dalla Costa. Crédito: Hijas de María Auxiliadora |
La ceremonia de premiación, con motivo de su trabajo misionero, se
realizó el 18 de agosto en la sede de la Inspectoría San Juan Bosco, en
Caracas. Estuvo presente el embajador de Italia en Venezuela, Plácido Vigo,
representantes de la Nunciatura y de la Provincia de Venezuela de las Hijas de
María Auxiliadora (FMA).
Un mensaje publicado por FMA señala que la Congregación “se congratula con sor
Rina Dalla Costa por este importante reconocimiento y se une a la Provincia de
Venezuela para expresar la gratitud a Dios por las hermanas que han entregado y
continúan entregando generosamente su vida por este país, augurando a Sor Rina
que continúe con la misma pasión y dedicación al servicio de los jóvenes, de la
Iglesia, de Italia y del mundo”.
Nacida el 6 de diciembre de 1931 en la provincia italiana de
Vicenza, después de vivir una experiencia en el Internado de Bosto en Varese,
Sor Rina Dalla Costa hizo su primera profesión en el Instituto de las FMA en
1952.
En una antigua entrevista, Sor Rina contó que conoció a las
hermanas salesianas gracias a una revista y luego de leer un libro sobre Don
Bosco. Allí sintió que el carisma salesiano la atraía sobremanera.
La dedicación de las salesianas a las niñas del internado la incentivó a
permanecer en la Orden. Al entrar en la Congregación completó los estudios,
consiguiendo el diploma de maestra de escuela primaria.
“En 1954 partió como misionera para Venezuela. Era feliz con el
destino misionero recibido, una tierra que era un jardín, con personas
acogedoras, generosas, alegres”, indica el mensaje de FMA.
En 68 años de vida misionera Sor Rina se ha desempeñado como
profesora, maestra de novicias, directora, consejera inspectorial, coordinadora
de la escuela, encargada del archivo histórico en la casa inspectorial.
POR DIEGO LÓPEZ MARINA
Fuente: ACI
