La Basílica de Santa Clara en Asís (Italia), es el sagrado lugar que custodia el Crucifijo que habló a San Francisco de Asís.
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Cruz de San Damiano. Dominio público |
En
aquel tiempo se construyó también el monasterio al que las clarisas se mudaron
en 1260 desde San Damián, llevando diversas reliquias y también el Crucifijo
que habló a San Francisco.
Este
Crucifijo es de estilo bizantino y se localizó inicialmente en la iglesia
primitiva de San Jorge. Actualmente, se conserva en la capilla de San Jorge.
El
cristo del Crucifijo habló
a San Francisco y le pidió “reparar” la Iglesia. Además, en la
cripta de la iglesia se custodian los restos mortales de Santa Clara, la
primera y más fiel discípula de San Francisco.
Detrás
de la cripta están expuestas algunas importantes reliquias franciscanas, por
ejemplo, algunas túnicas
humildes usadas por San Francisco y Santa Clara, una blusa
bordada de Santa Clara y algunos cabellos de Santa Clara cortados por San
Francisco.
La
fachada de la Basílica de Santa Clara está diseñada por piedra blanca y rosa
del monte Subasio; la estructura interior es una sola nave, como la iglesia
superior de San Francisco, que tiene un ábside poligonal.
En
la nave hay dos capillas laterales con Santa Inés de Asís y San Jorge. Además,
del lado izquierdo se pueden observar ocho tablas de madera que muestran relatos de la vida de Santa
Clara realizadas en 1238.
El
convento de clausura de Santa Clara se localiza al lado, hacia el valle con un
claustro al que se puede acceder desde la antigua cripta de la iglesia de San
Jorge.
Traducida
y adaptada por Mercedes De La Torre. Publicada originalmente en ACI Stampa
Fuente: ACI