Santa Clara de Asís fue una religiosa italiana del siglo XIII que fundó la orden de las Hermanas Pobres, o Clarisas, inspirada por el ejemplo y la enseñanza de san Francisco de Asís
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Fatisofia21, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons. Dominio Público |
Amar a
Dios sobre todas las cosas
Santa Clara tenía un amor ardiente por
Dios, que la llevó a abandonar a su familia, su riqueza y su comodidad para
seguir a Cristo pobre y crucificado. Ella nos invita a poner a Dios en el
primer lugar de nuestra vida, y a buscar su voluntad en todo momento. «Ama al
Señor Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, y ama
a tu prójimo como a ti mismo» (Carta a Inés de Praga).
Vivir en
la pobreza y la humildad
Santa Clara abrazó la pobreza como un medio para imitar a Cristo y para liberarse de los apegos materiales. Ella nos enseña a vivir con sencillez, gratitud y generosidad, compartiendo lo que tenemos con los más necesitados. También nos muestra el valor de la humildad, que consiste en reconocer nuestra verdad ante Dios y ante los demás, sin soberbia ni vanidad. «La pobreza es un camino de perfección, porque nos hace semejantes al pobre Cristo» (Testamento).
Orar con el corazón
La fundadora de las
Clarisas era una mujer de oración que pasaba largas horas en contemplación y
diálogo íntimo con Dios. Ella nos anima a orar con frecuencia, fervor y
confianza, abriendo nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo, que nos
ilumina, nos consuela y fortalece.
También nos aconseja meditar la Sagrada Escritura, especialmente el Evangelio, y tener una especial devoción a la Eucaristía y a la Virgen María. «La oración es el ala con la que el alma se eleva a Dios» (Carta a Inés de Praga).
Servir a los hermanos con amor
A pesar de vivir en clausura, no se desentendió de los
problemas y las necesidades de sus hermanos, sino que los asistió con su
consejo, intercesión y ejemplo. Ella nos exhorta a servir a los demás con amor,
alegría y misericordia, especialmente a los más pobres, a los enfermos y los
marginados. También nos llama a vivir en fraternidad, en comunión y en paz, con
un espíritu de perdón y de reconciliación. «Sean siempre amables y
corteses unas con otras, y apoyen mutuamente sus cargas, como dice el Señor»
(Regla).
Estas son algunas de las lecciones que santa Clara nos
ofrece para empezar el año nuevo con buen pie. Si las ponemos en
práctica, podremos crecer en la santidad y en la felicidad, y podremos ser
testigos del amor de Dios en el mundo. Como dijo el Papa Francisco:
Santa Clara nos enseña que la verdadera riqueza está en seguir a Cristo, en
vivir el Evangelio y en compartirlo con los demás”.
Matilde
Latorre