Son mujeres y
hombres de fe que podrían haber evitado la muerte trasladándose a lugares más
seguros o desistiendo de sus compromisos cristianos. Eligieron de otro modo a
sabiendas del riesgo que corrían cada día. Ingenuos a los ojos del mundo, pero
auténticos testigos de fraternidad y esperanza gracias a los cuales la Iglesia
y el mundo avanzan.
![]() |
Vatican News |
En el continente africano se registra
el mayor número de sacerdotes, religiosos, catequistas, también laicos,
asesinados en 2023, en muchos casos víctimas de secuestros o actos de
terrorismo, implicados en tiroteos o violencia de diversa índole.
No llevaron a cabo acciones llamativas ni hazañas
extraordinarias. Lo que caracteriza a los 20 misioneros asesinados en 2023 es
su normalidad de vida, en contextos de pobreza económica y cultural, de
degradación moral y ambiental, donde no hay respeto por la vida y los derechos
humanos, sino que la norma suele ser sólo la opresión y la violencia.
Normalidad de vida y testimonio
evangélico
Un año más, los datos publicados por
el número especial de la Agencia Fides dirigido por Stefano Lodigiani
presentan fotografías de vidas ordinarias truncadas en la oferta cotidiana del
sencillo testimonio evangélico de pastores, catequistas, agentes sanitarios,
animadores de la liturgia, de la caridad. La lista incluye 1 obispo, 8
sacerdotes, 2 religiosos no sacerdotes, 1 seminarista, 1 novicio y 7 laicos.
2 misioneros más asesinados en
comparación con 2022
En comparación con el año pasado, han
sido asesinados 2 misioneros más, pero como recuerda la Agencia, los datos
recopilados siguen abiertos a actualizaciones y correcciones. El número más
alto se registra de nuevo en África, donde han sido asesinados 9 (5 sacerdotes,
2 religiosos, 1 seminarista, 1 novicio). Le siguen América, con 6 víctimas (1
obispo, 3 sacerdotes, 2 laicas), Asia, con 4 laicos asesinados, y Europa, con
un misionero laico asesinado.
Encontrarse con la muerte por causas
ajenas a su voluntad
Todos han muerto por causas ajenas a su
voluntad: víctimas de secuestros o actos de terrorismo, implicados en tiroteos
o actos de violencia de diversa índole. Desde sacerdotes que se dirigían a
celebrar misa y realizar actividades pastorales en alguna comunidad lejana,
como el padre Jacques Yaro Zerbo, asesinado por pistoleros no identificados en
la región de Boucle du Mouhoun, en Burkina Faso; hasta asaltos a mano armada
perpetrados en carreteras muy transitadas o asaltos a rectorías y conventos
donde los misioneros se dedicaban a la evangelización, la caridad y la
promoción humana. Es lo que le ocurrió al padre Stephen Gutgsell, asesinado a
tiros en la rectoría de la iglesia de Fort Cahloun, en Nebraska (Estados
Unidos).
De México llega el testimonio de las
jóvenes catequistas Gertrudis Cruz de Jesús y Gliserina Cruz Merino, asesinadas
en el Estado de Oaxaca durante una emboscada cuando se dirigían a una procesión
eucarística. De Palestina llegó el de Samar Kamal Anton, y su madre, Nahida
Khalil Anton, tiroteadas por francotiradores cuando se dirigían al convento de
monjas de la Madre Teresa en Gaza. Junto con otras mujeres católicas y
ortodoxas, estaban comprometidas en un camino de fe y apostolado, especialmente
en favor de los pobres y los discapacitados. El dossier de Fides abarca también
Europa, donde en España Diego Valencia, laico, sacristán de la parroquia de
Nuestra Señora de La Palma, en Algeciras, provincia de Cádiz, fue asesinado por
un joven marroquí armado con un machete, que hirió a otras personas además de a
él.
Testigos de fe y esperanza
Se trata de mujeres y hombres de fe que
podrían haber evitado la muerte trasladándose a lugares más seguros o
desistiendo de sus compromisos cristianos. Eligieron de otro modo a sabiendas
del riesgo que corrían cada día. Ingenuos a los ojos del mundo, pero auténticos
testigos de fraternidad y esperanza gracias a los cuales la Iglesia y el mundo
avanzan.
Concretamente en 2023 en África los
misioneros asesinados fueron en Nigeria (4), Burkina Faso (2) y Tanzania; en
América: en México (4) y EE.UU. (2); en Asia: en Filipinas (2) y Palestina (2);
en Europa: en España (1).
Frutos maduros de la viña del Señor
Según la Agencia Fides, entre 2001 y
2022 fueron asesinados 544 agentes pastorales. Unos 115 en el decenio
1980-1989; 604 entre 1990 y 2000, década en la que tuvo lugar el genocidio en
Ruanda, que causó al menos 248 víctimas entre el personal eclesiástico.
"Los mártires -dijo el Papa- no deben ser vistos como héroes que actuaron
individualmente, como flores que brotan en un desierto, sino como frutos
maduros y excelentes de la viña del Señor, que es la Iglesia".
El dossier de Fides no se refiere sólo
a los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino que toma en
consideración a todos los bautizados involucrados en la vida de la Iglesia que
han muerto de forma violenta, incluso cuando esto sucede no expresamente
"por odio a la fe". "Por esta razón, preferimos no utilizar el
término mártires, salvo en su acepción etimológica de testigos, para no entrar
en el juicio que la Iglesia pueda eventualmente dar sobre algunos de ellos
proponiéndolos, tras un atento examen, para su beatificación o
canonización", aclaran.
Instrumentos del plan salvífico de Dios
El reporte de Fides utiliza el término
"misionero" para referirse a cada bautizado porque, como escribió
Francisco en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, "cada
bautizado es un sujeto activo de la evangelización". "También hoy
-dijo el Papa en el Ángelus del pasado 26 de diciembre, en la fiesta de
San Esteban Protomártir- hay, y son muchos, quienes sufren y mueren por dar
testimonio de Jesús". "La semilla de sus sacrificios, que parecía
morir, brota y da fruto, porque Dios, a través de ellos, sigue obrando
maravillas (cf. Hch 18,9-10), para cambiar los corazones y salvar a los
hombres", añadió el Papa.
Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News