Concluye la Peregrinación Europea de Jóvenes que ha congregado entorno al apóstol a 12.000 jóvenes europeos. Francisco les ha bendecido desde Roma en el rezo del ángelus
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Foto: Pastoral de Juventud |
El Monte del
Gozo ha sido el epicentro de la fiesta final de esta Peregrinación Europea de Jóvenes, el mayor
evento organizado por la Iglesia española en más de una década. Este domingo,
la eucaristía conclusiva se ha celebrado en este simbólico lugar que deja
entrever la plaza del Obradoiro. Ha presidido el enviado del Papa Francisco
para el evento, el arzobispo emérito de la diócesis de Leiria-Fátima, el
cardenal António Augusto do Santos Martos que ha felicitado a los jóvenes por
el ejemplo de alegría que han dado estos días por las calles de la ciudad. Les
ha invitado a ser artífices de «una revolución de la fraternidad» «frente a los
criterios humanos de egoísmo y ambición de poder y dominación».
Poco después de
concluir la eucaristía ha llegado el saludo del Papa desde Roma. Al concluir el
rezo del ángelus, Francisco ha bendecido a todos los congregados en Santiago de
Compostela con estas palabras: «Con alegría bendigo a cada joven que ha
participado y bendigo también a los que han trabajado para organizar y
acompañar este acontecimiento que vuestra vida sea siempre un camino, un camino
con Jesucristo, un camino hacia Dios y hacia los demás, un camino en el
servicio y en la alegría».
El enviado de
Francisco fue recibido por las autoridades civiles y eclesiales de Santiago de
Compostela este sábado. Se mostró gratamente sorprendido por la alegría que era
palpable en toda la ciudad y aseguró que era portador del «afecto y la
bendición del Papa». Por la noche, el cardenal presidió la vigilia de oración
en el Monte del Gozo en la que recordó a los jóvenes que «la fe se basa en este
acontecimiento maravilloso: En Jesús, es Dios Amor quien entra en nuestra vida
y en nuestra historia». E invitó a todos los peregrinos a dar testimonio en su
vida cotidiana, con sencillez y fe firme. Fue uno de los momentos más
especiales, con exposición del Santísimo, en un ambiente que combinaba el
recogimiento y la alegría a partes iguales.
Durante las
jornadas precedentes, miles de jóvenes europeos se han congregado en Santiago
de Compostela en compañía de 55 obispos con los que han compartido convivencia,
celebración y fe. También han acudido cerca de 400 sacerdotes y unos 400
consagrados. Todos juntos han participado en los conciertos, talleres y
catequesis que han tenido lugar por toda la urbe. Los jóvenes han demostrado un
extraordinario sentido del civismo y han dado alegría a una ciudad que ha
vivido con mucha dificultad los dos últimos años de pandemia. Alguno de los
muchachos más «veteranos» que han acudido a Santiago estos días hablaban de
auténtico «ambiente de JMJ».
Los jóvenes
participantes han tenido la oportunidad de asistir a las catequesis impartidas
en 20 puntos distintos por obispos españoles que no eran los de su propia
diócesis pudiendo así conocer mejor el resto de la Iglesia española. Las
catequesis fueron impartidas en español, italiano e inglés y han girado en
torno a la exhortación apostólica Christus vivit del Papa Francisco.
Además de la
celebración de los sacramentos con misa diaria y distintos momentos de oración,
los peregrinos pudieron disfrutar de distintos espectáculos culturales como el
musical «Skate Hero», que narra la heroica gesta de Ignacio Echeverría, el
joven español asesinado en un atentado yihadista en Londres cuando intentaba
socorrer a una persona.
No han faltado
los imprevistos que, por suerte, han quedado en anécdota como el derrumbe del
techo del escenario principal. Por ello, la inauguración se realizó ante la fachada
de la catedral y tuvo que suspenderse un concierto.
Una de las
iniciativas más novedosas ha sido «el Pórtico de la Vocación»: un itinerario
para el anuncio, acompañamiento, escucha, diálogo y orientación vocacional
básica. Se han aclarado dudas y respondido preguntas a los jóvenes que
interesados por la discernir su vocación.
La próxima
edición de este encuentro será en 2027.
Fuente: Alfa y
Omega