El P. Hans Zavala, sacerdote de la Orden de San Agustín y rector del Colegio Santa Rosa de Chosica (Perú), explicó cuatro retos que hoy impiden a muchos reconocer a Cristo como nuestro Salvador y seguirlo, y que San Agustín logró superar.
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Pintura de San Agustín de Philippe de Champaigne (1645-1650). Crédito: Wikimedia Commons / Dominio público |
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el P. Hans Zavala dijo
que los retos que enfrentamos en la actualidad son muy parecidos a los que
vivió San Agustín en su tiempo, donde la sociedad era relativista, la gente
adoraba a muchos dioses e iba perdiendo los valores cristianos.
Sin embargo, recordó que, al igual que San Agustín, nosotros
también podemos superar los 4 retos que nos impiden reconocer a Jesús como el
Salvador de la humanidad.
A continuación, los cuatro retos actuales que el santo superó para
seguir a Cristo:
1.
El relativismo y la post verdad
El P. Zavala dijo que el primer reto es “el mundo de la post
verdad”. “Tanto en su mundo como en nuestro mundo, el hombre está cada vez más
necesitado de una verdad que guíe sus vidas, de un propósito claro que iluminen
sus mentes”, señaló.
El sacerdote recordó que San Agustín dijo las frases: “El corazón del
hombre está lleno para la eternidad” y “Nos hiciste Señor para ti y nuestro
corazón está inquieto hasta que descansa en ti”, porque el ser humano siempre
está buscando “algo que no se acabe”, que “nadie nos pueda quitar, algo que sea
eterno”.
Sin embargo, señaló, “hoy tantos jóvenes andan por el mundo sin
saber por dónde ir, ni qué cosa estudiar o a dónde llevar el propósito de su
felicidad”, pues “se enfrascan en pseudo felicidades y en pseudo verdades, que
a la larga dejan más vacío que lleno el corazón del hombre”.
El P. Zavala dijo que esto pasa porque “el relativismo oculta la
verdad” y “para quien no existe la verdad y solo existen las opiniones, las
pseudo verdades o las pequeñas verdades de cada uno, es imposible alcanzar una
verdad objetiva, sino que todo depende de nuestra subjetividad”.
2. El hedonismo
El sacerdote agustiniano dijo que tanto en la época de San Agustín
como en la actualidad la sociedad es “hedonista”, es decir está “totalmente
centrada en el culto al placer y a la comodidad”.
“Una sociedad así impide que la persona alcance el sentido
cristiano de la cruz, que pueda reconocer la cruz como un instrumento también
de felicidad, porque en la cruz es donde más nos parecemos a Jesús”, agregó.
3. El individualismo
El sacerdote agustino señaló que el tercer reto es el
“individualismo” de la sociedad, pues el hombre está “cada vez más encerrado en
uno mismo, en lo que a uno le gusta, que deja de ver el corazón de quien sufre,
de quien está al lado”.
Frente a esta actitud, el P. Zavala recordó que “San Agustín nos
hace ver justamente que la felicidad es mejor alcanzarla en comunidad que a
solas”.
El sacerdote explicó que esto significa que “si bien la santidad es una llamada
personal de Dios al hombre, no es posible realizarla sola, sino que necesitamos
de la comunidad para poder ayudarnos mutuamente a alcanzar la santidad”.
4. La pérdida de sentido
“El último reto es, como también le pasó a San Agustín, el darnos
cuenta que en medio de todo esto, del relativismo, de esta indiferencia,
individualismo, hedonismo, en el fondo de todo ello está la búsqueda de sentido
de la persona”, dijo el P. Zavala.
“Buscamos algo que nos satisfaga, pero no sabemos qué cosa es.
Buscamos un motivo para existir, un motivo para sonreír, un motivo para poner
nuestra vida al servicio de los demás, porque es lo que reclama nuestro
corazón, algo que nos llene realmente”, señaló.
En ese sentido, recordó que “lo que nos llena no es ni el dinero,
ni un buen título, ni coches, ni una casa, ni una familia perfecta, como la que
nos ponen en las películas”.
“Lo que nos llena es una vida con propósito, al servicio de los
demás, que sea capaz de entregarse hasta darlo todo por un propósito claro, que
haga mejores la vida de los demás, y que haga de este mundo un mundo mejor de
cómo lo encontramos”, subrayó.
“Quizás esa pérdida de sentido es lo que lleva a los hombres a
caer en el hedonismo, a cubrirlo con el relativismo, hasta que al final
terminamos siendo indiferentes e individualistas frente al dolor de los demás”,
concluyó.
POR CYNTHIA PÉREZ
Fuente: ACI