Ayer comenzó mayo, un tiempo dedicado por la Iglesia Católica a la Virgen María. Pero, ¿cuándo comenzó exactamente la tradición de este mes mariano?
Procesión en Fátima. Crédito: Noticias EWTN |
La hermana Vittorina Marini, profesora de Mariología en Roma y
miembro de la Congregación Hermanas de la Santísima Madre de los Dolores,
explicó a ACI Prensa que “durante este tiempo se reconoce la obra de María en
la historia de la salvación a partir de su Maternidad Divina”.
También señaló que en la Iglesia Católica Latina este mes es el
tiempo que tradicionalmente se dedica a María, aunque “no coincide para todas
las iglesias y el mes elegido puede ser diferente”.
“Durante este período, la piedad del pueblo cristiano expresa su
auténtico amor a la Virgen a través de diversas iniciativas de oración, como el
rosario, las procesiones, las peregrinaciones a santuarios marianos o las
prácticas piadosas especiales que buscan reconocer y honrar el lugar de la
Santísima Virgen en la historia de la salvación y destacar su vínculo maternal
con Cristo y con los fieles”.
La Reina del cielo
La hermana Vittorina explicó que en la antigua Grecia el mes de
mayo estaba consagrado a las divinidades femeninas de la fertilidad o la
primavera.
“En el transcurso de los siglos estos cultos paganos se combinaron con otros rituales
y tradiciones populares presentes en Occidente, que se
expresaban en homenajes cortesanos de los enamorados a la mujer amada;
convirtiendo a mayo en un periodo de fiestas y diversiones, dedicado a la vida
y a la maternidad”, explicó a ACI Prensa.
En un esfuerzo de cristianizar estas fiestas, la Iglesia vinculó a este mes la
tradición de rendir homenaje de corazón a la Virgen María, “celebrada como la
criatura más elevada y bella entre las mujeres”.
“En la Iglesia primitiva parece que ya existía una fiesta solemne
en honor de la Madre del Señor que se celebraba el 15 de mayo de cada año; sin
embargo, el mes completo no se asoció a la Virgen María hasta el siglo XVIII”,
apuntó la profesora de Mariología.
Las primeras prácticas devocionales vinculadas al mes de mayo se
encuentran ya en el siglo XVI en Roma con San Felipe Neri, que enseñó a sus
jóvenes a adornar la imagen de la Madre de Dios con flores, a cantar sus
alabanzas y a ofrecer actos en su honor.
Además, “a finales del siglo XVII, en el noviciado dominicano de
Fiesole (Florencia), el P. Angelo Domenico Guinigi fundó en 1677 una especie de
cofradía llamada Comunella,
que comenzó a dedicar el mes de mayo a la Virgen con ejercicios de
devoción”.
Según señaló Vittorina, “todavía no era el mes de mayo tal y como
lo conocemos hoy, pero tenía en común algunos elementos que todavía encontramos
a veces: el canto de las letanías lauretanas o la coronación de María con una
corona de rosas”
De hecho, en la crónica del archivo de Santo Domingo se lee: “Llegada
la fiesta de mayo y oyendo la víspera que muchos seglares empezaban a cantar
las letanías y a festejar a las criaturas que aman, decidimos que también nosotros
queríamos cantárselas a la Santísima Virgen María....”.
“Así, la
reina laica de la primavera se contrapone a la reina del cielo”,
señaló.
Los papas y misioneros
El mes de mayo mariano tal y como lo conocemos llegó en 1725 de la
mano del P. Annibale Dionisi SJ, con su libro titulado Mes de María, y en
en el año 1800 la práctica devocional se enriqueció aún más con el rosario,
“ligado anteriormente al mes de octubre y que más tarde se extendió al mes de
mayo”.
En la primera mitad del siglo XIX, el mes de mayo estaba muy extendido en
Europa y América, y poco a poco se fue implantando en diversas partes del mundo
gracias a la labor de los misioneros.
Según indicó Vittorina, “el dogma de la Inmaculada Concepción
consolidó en 1854 esta tradición, debido al deseo de los Pontífices y del
pueblo cristiano de dar el mayor honor a la Madre del Señor. Los papas
Pío VII, Gregorio XVI y Pío XIX se entregaron a ello y mayo se convirtió en el
mes mariano por excelencia y llegó
a competir con los momentos álgidos del año litúrgico”.
“Desde León XIII hasta Pío XII, el Magisterio se interesó por el
mes de mayo y lo señaló a los fieles en encíclicas, y a estas recomendaciones
se sumaron las cartas pastorales de muchos obispos”.
La importancia de la devoción mariana
“Todos los Papas, hasta el Papa Francisco, han reafirmado la
importancia de la devoción mariana, alentando su difusión entre el pueblo
cristiano, especialmente en este mes dedicado a ella. De hecho, serán los
mismos Pontífices, en momentos de grave dificultad y necesidad en la Iglesia y
en la historia, quienes recomendarán la práctica del mes de mayo, invocando la
ayuda de la Santísima Virgen María”.
En esta línea podemos recordar dos gestos importantes y
significativos del Papa Francisco: en mayo de 2021 el rezo del Santo Rosario
para pedir el fin de la pandemia y el apoyo a los enfermos heridos por el
coronavirus y el acto de consagración de
Ucrania y Rusia a María para pedir el fin de la guerra en
Ucrania.
“En este momento de especial sufrimiento en el mundo, los
cristianos están llamados una vez más a vivir este tiempo mariano: crecer en la
escucha de la Palabra de Dios, orientada a un verdadero testimonio evangélico
según las bienaventuranzas e invocar la intercesión de María para que proteja y
libere a la humanidad de la destrucción de la guerra”, concluyó la
Marióloga.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa