España financia dos de las diez capillas nuevas que se están empezando a construir en el santuario de los franciscanos en Beit Sahour, cerca de Belén
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Bendición de la primera piedra de la capilla de la Inmaculada. Foto: PGPO/CTS |
El Campo de los
Pastores, en Beit Sahour, cerca de Belén, está en plena transformación. Como
todo lo que hace la Iglesia en Tierra Santa, y, en particular, la Custodia
franciscana, el proyecto busca simultáneamente mejorar la experiencia de los
peregrinos, sostener a las comunidades cristianas locales y construir la paz.
Manuel
Domínguez Lama, franciscano sevillano de la comunidad de Beit Sahour, explica
que ya prácticamente está terminada una primera zona de acogida. A
continuación, se ha empezado a trabajar en un «espacio celebrativo» que se
concluirá en 2023. Con cinco capillas subterráneas y cinco en la superficie,
tendrá más capacidad que todo el recinto hasta ahora. Esto permitirá acabar con
un cierto desorden que reinaba hasta ahora y reservar la gruta de los pastores,
los restos de la iglesia bizantina y el santuario original de Antonio Barluzzi
«como espacios de silencio y oración». Quizá, incluso, de adoración
eucarística. Al mismo tiempo, la remodelación contribuirá a sostener a corto y
largo plazo a los cristianos palestinos. Durante la pandemia, muchos de los
13.000 habitantes de Beit Sahour, todos cristianos, «venían a pedirnos ayuda y
no se la podíamos dar porque tampoco teníamos ingresos», explica el franciscano
español. Al plantearse que las obras podrían dar trabajo directa o
indirectamente al menos a una veintena de familias, a pesar de la incertidumbre
«dijimos que adelante».
Por otro lado,
encaja en el esfuerzo de los franciscanos por promover estancias más largas de
los peregrinos en Belén. «Tiene una infraestructura hotelera muy buena» y puede
ser una puerta de entrada a una Palestina con «muchas cosas que ver». Domínguez
Lama cree que así se promoverá el conocimiento mutuo y se contrarrestará la
visión despectiva de Belén y Palestina que ofrecen algunos guías israelíes. Un
paso hacia la paz, que el ángel anunció desde allí a los hombres de buena
voluntad.
Este proyecto
solo es posible gracias a la ayuda recibida de todo el mundo, y particularmente
de España. La Comisaría de Tierra Santa de la provincia de la Inmaculada, que
corresponde a nuestro país, patrocinará una de las capillas subterráneas. La
primera piedra se bendijo el 21 de abril. El vicecomisario, Luis Quintana,
explica que ya se enviaron en diciembre los 225.000 euros del presupuesto
inicial; aunque se siguen recogiendo donativos para algunos gastos adicionales.
Además, el
arzobispado de Toledo y las diócesis extremeñas acaban de lanzar una campaña
para hacerse cargo de una de las capillas superiores, como parte de la obra
social del Año Guadalupense. La idea partió del mismo arzobispo, Francisco
Cerro. Además del apoyo a los palestinos, se busca recuperar la universalidad
de la devoción a la Virgen de Guadalupe extremeña. Y hacer un «homenaje» a los
pastores de esta región española, recordando que María se apareció a uno de
ellos, Gil Cordero.
Entre las
capillas subterráneas, una segunda estará dedicada a la Virgen, Reina de
Palestina. La financiará una familia de la zona, que emigró a Estados Unidos y
allí prosperó económicamente. Las familias locales harán una aportación
simbólica. Y los franciscanos de Croacia han logrado que otra la pague el
Gobierno de su país.
María Martínez López
Fuente: Alfa y
Omega