En todo el mundo hay muchas experiencias de empresa ética y sostenible que están abriendo camino
| Miembros de la Asociación "Anima per il sociale nei valori d'impresa" |
El Papa mantuvo
una audiencia privada con miembros de la Asociación italiana "Anima per il
sociale nei valori d’impresa", una organización dedicada a defender la
responsabilidad social de las empresas en diferentes planos. “La construcción
de una nueva economía que respete la dignidad humana y el medio ambiente puede
y debe empezar desde abajo”, afirmó.
“Si
queremos que el mundo futuro sea habitable y digno para el hombre, la economía
debería ser más libre del poder de la finanza y más creativa en el buscar
formas de producción orientadas a una economía integral. Que la economía sea
concreta, no líquida ni gaseosa, como es el peligro de las finanzas". Este fue uno de
los disparadores de reflexión ofrecidos por el Papa Francisco a la Asociación Anima per il sociale nei valori
d’impresa, una institución que defiende la cultura de la
responsabilidad social de las empresas en el ámbito económico, social y
ambiental. Lo hizo durante la audiencia privada que tuvo lugar este lunes 14 de
marzo en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
Francisco recordó
que, hace veinte años, en el marco de la Unión de Industriales y Empresas de
las Provincias del Lacio, se creó esta institución, para promover cuestiones
éticas y sociales. El Pontífice remarcó: “Por eso eligieron utilizar la palabra
‘alma’: ¡una palabra muy exigente! Te hace pensar en una realidad que no tiene
visibilidad propia, pero que desde el interior estimula y motiva vuestro
trabajo” y consideró que a los directivos “les corresponde sobre todo hacer un
balance de lo que han conseguido en los últimos veinte años”.
El Papa puntualizó
que hoy, con la mirada puesta en el bien común, es necesario que la política y
la economía, en el constante diálogo entre sí, se pongan decididamente al
servicio de la vida, de la vida humana y de la vida de la creación, nuestra
casa común (cfr. Laudato
si’, 189), no al servicio de la muerte, como lamentablemente sucede a
veces, aclaró. "La gran crisis financiera de 2007 – 2008 debería habernos
empujado en esta dirección, pero me parece que esencialmente el mundo ha seguido
y sigue rigiéndose por criterios obsoletos”, añadió el Santo Padre, quien
reflexionó que las diversas guerras regionales y, en especial, la de Ucrania
“demuestran que quienes rigen el destino de los pueblos no han comprendido aún
la lección de las tragedias del siglo XX”.
“Lo global no vaya en detrimento de lo local”
“Ustedes, que
representan prevalentemente la realidad de las pequeñas y medianas empresas,
saben muy bien lo difícil que es, en este contexto, desarrollar y crear puestos
de trabajo respetando los valores éticos y la responsabilidad social”, dijo. “Pero no
debemos desanimarnos ni resignarnos”, subrayó.
Para el Obispo de Roma,
la globalización debe ser “gobernada”, de modo que “lo global no vaya en
detrimento de lo local, sino que ambas dimensiones estén en relación virtuosa y
en relación fecunda”, expresó. Pero ¿qué pueden hacer los pequeños empresarios
frente al “gigante Goliat” del poder financiero y tecnocrático? Es una pregunta
comprensible, según Francisco, quien cree que ese pesimismo “no está
justificado” y sostiene que la construcción de una nueva economía que respete
la dignidad humana y el medio ambiente puede y debe empezar desde abajo. Y, de
hecho, confirmó que ya ha empezado desde abajo, pues “en todo el mundo hay
muchas experiencias de empresa ética y sostenible que están abriendo camino”.
Francisco recalcó que “hay que fomentar la comunicación y el intercambio entre
estas experiencias, para que se forme una red capaz de tener un impacto a
niveles cada vez más amplios”.
“Sobre
el tema de la economía nueva, la economía concreta, hablé en el libro -el
último que escribí- Soñemos juntos; Ritorniamo a sognare es la versión
italiana. Me mantuve en el análisis de este problema de la concreción de la
economía y de la visibilidad de la economía para huir de lo que he dicho -la
liquidez o la gaseosidad; quizás esto pueda ilustrar lo que quiero decir aquí.”
“No olviden cuidar su propia alma”
En la parte final de
su alocución, el Santo Padre les dio un “consejo de obispo”: “Si quieren ser
‘alma’ en el mundo de la empresa, no olviden cuidar su propia alma, la que
viene de Dios. Y, para esto, se necesita –afirmó Francisco- resistir a la
tentación del activismo y encontrar tiempo para reflexionar, pensar,
contemplar. El Papa manifestó que a veces el activismo nos destruye la
interioridad, pero no se refirió a la religiosidad, sino a la interioridad
humana.
“También
para esto la asociación puede ser útil, con propuestas. Planteen propuestas.
Pero es, sobre todo, una exigencia personal: cada uno, si quiere animar, debe
dejarse animar interiormente por lo bueno, lo bello, lo verdadero. Lo
demuestran los testimonios de emprendedores italianos que supieron hacer crecer
no solo sus beneficios, sino también la propia vida, la calidad de la vida, la
calidad del trabajo, con libertad y creatividad, porque tenían una conciencia
iluminada. Y esto te lleva a la creatividad, te lleva -me permito la palabra- a
la poesía. El trabajo del hombre es poesía. Hacer las cosas.”
Con un agradecimiento
Francisco terminó su discurso y les deseó lo mejor para su trabajo y la vida
asociativa. “El Señor bendiga a ustedes y sus familias”, dijo. Con su habitual
cercanía y sentido del humor, Francisco les dirigió un pedido especial: "Y
recen por mí, porque lo necesito. Y si alguno no reza, no puede rezar, no
quiere rezar o no sabe rezar, al menos que me envíe buenos pensamientos y buena
onda. Gracias".
Sebastián
Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
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