Atardecer
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Llevo varios
días en que puedo ver el atardecer justo antes de bajar a vísperas. Y así, ¡he
descubierto un detalle impresionante!
Los primeros
días coincidió que hacía un sol radiante durante toda la jornada, con cielos
despejadísimos. Últimamente el clima ha empeorado, y, al caer la tarde, suele
haber algunas nubes en el horizonte.
Por increíble
que parezca, los mejores atardeceres son… los que tienen nubes.
El cielo
despejado es bonito, pero cada anochecer es parecido al anterior. Sin embargo,
las nubes reflejan las últimas luces del día con mil matices, en un juego
multicolor que no solo es distinto a la tarde anterior… ¡sino que va variando
por momentos! ¡¡Es una gozada!!
Esto me ha
llevado a orar mucho. Porque, en el fondo, todos deseamos ser un cielo azul,
sin una sola nube en nuestro carácter ni en nuestra historia… pero siempre
encontramos alguna nubecilla de dudoso significado: desde meteduras de pata de
ayer hasta el dolor porque “me gustaría ser de otra manera”.
Si estuviese en
nuestra mano, borraríamos todas las nubes. Pero eso no es lo que hace el Señor.
Porque Jesucristo es… como el atardecer.
Lo vemos en esa
comida en casa de Simón, el fariseo. Él se creía “un cielo limpio”. En esto,
entra una mujer (pecadora pública). Ella lava los pies a Jesús con sus
lágrimas, los cubre de besos… ¿Qué responde Jesús? ¡¡Que al que mucho se le
perdona, mucho ama!! (cfr. Lc 7, 36).
El mayor sueño
de nuestro corazón es sentirse querido sin condiciones, en su verdad más
profunda. No hay experiencia más fuerte que sentir que Alguien te diga: “Te
quiero como eres, no necesito que seas de otra manera para amarte”. ¡Cristo te
ama así, con tu historia, con tu carácter, con tus nubes!
Él tiene poder
para disiparlas… y, sin embargo, prefiere que sean el lugar donde reflejar el
esplendor de su amor por ti. Sentir su amor de este modo, ¡lo cambia todo! Y,
en el cielo, ¡nuestras nubes cantarán la gloria de Dios!
Hoy el reto del
amor es que pongas tus nubes a la luz de Cristo. Te invito a que, en tu
oración, saborees este amor incondicional de Cristo por ti. Y tu verdad, por
nublada que la sientas… ¡¡a la luz de su amor se transforma en arte!! ¡Feliz
día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
14 febrero 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma