El sábado por la tarde suele ser el momento en el que miles de jóvenes se juntan para divertirse en parques, bares o centros comerciales, pero el 26 de febrero cientos de ellos se reunirán para rezar un multitudinario Rosario por las calles del centro de Madrid.
| Foto: Anuncio. Dominio publico |
Miles
de jóvenes, y no tan jóvenes, quedaron interpelados y sorprendidos, al observar
a una multitud de católicos felices y sin complejos, que desfilaban entre
ellos comandados por una imagen de la Virgen mientras rezaban por toda la
juventud española.
Ante
el éxito de aquella primera convocatoria y después de que la pandemia parece
que ya da un respiro se ha convocado un nuevo Rosario por la Juventud. Partirá el sábado 26 de febrero a
las 19.00 desde la basílica de San Miguel y tendrá como destino final la
Plaza de España.
Los
jóvenes católicos irán en
esta ocasión acompañados por Madre Ven, una réplica de la talla de
la Virgen llegada desde Éfeso, lugar en el que vivió María sus últimos años
cuidada por el apóstol San Juan. Esta talla ha peregrinado por toda España en
el pasado 2021, partiendo de Zaragoza hasta Santiago y luego recorriendo el
país hasta concluir su peregrinación en el Cerro de los Ángeles.
Y
ahora esta bella imagen
acompañará a los jóvenes por el centro de Madrid en oración por una
juventud que se enfrenta a una sociedad llena de peligros y tentaciones.
Según
explican los organizadores de este Rosario, su objetivo es triple:
-En
primer lugar se trata de una manifestación
pública de la fe, porque la fe sin obras es una Fe muerta y todo joven
católico tiene el deber de dar testimonio de su fe a través su ejemplo de vida
y de su piedad. “Cuanto más secularizada está una sociedad, más importante es
la presencia de símbolos religiosos en la vida pública que nos recuerden a
todos el sentido trascendente de nuestras vidas, que estamos en este mundo con
un objetivo concreto y con una meta: conquistar el Cielo”, señalan.
-El segundo motivo es el
apostolado, la fe crece dándola. Los promotores del Rosario consideran que
“la fe no consiste en un sálvese quien pueda. La fe es un tesoro que no podemos
reservar para nosotros mismos, sino que tenemos el deber de compartir y transmitir
a todo aquel que nos rodea: id por el mundo y proclamad el Evangelio. Decía el
Cardenal Sarah que no hay nada más poderoso que un hombre rezando de rodillas.
Y es que la oración es el principal arma que tenemos para lograr el modelo de
sociedad que queremos. Una sociedad en la que Cristo reine y en la que todos
tratemos de ser dignos hijos de Dios”.
-El
tercero y último motivo es dar
testimonio de que “la fe católica está viva en nuestra sociedad y en Occidente,
que la llama sigue viva en nuestras almas y en la de millones de hermanos en la
Fe en todo el mundo. Vivir sin Fe y sin sostener en una lucha continua la
Verdad, no es vivir, sino ir tirando. Nosotros debemos vivir”.
Fuente: Cari Filii