Las Salesianas Misioneras de Bolivia celebraron la primera profesión religiosa de seis hermanas con una Misa celebrada por Mons. Giovani Arana, Obispo de la Diócesis de El Alto.
Profesión religiosa de hermanas Salesianas Misioneras. Crédito: Parroquia Jesús Obrero. |
“Ustedes queridas hermanas, de modo libre y conscientes, darán un
paso en su compromiso cristiano”, expresó Mons. Arana en su homilía.
“Deben saber que Dios les ha elegido para hacerles partícipes de
este proyecto de vida, por eso su misión debe ir enfocada en proclamar la Buena
Noticia, en hacer presente en todo y en todo lugar la presencia de Cristo, que
sus acciones manifiesten a Cristo en medio de nosotros, en
especial en medio de la gente que sufre, marginados, pobres, los que siempre
han sido los predilectos de Dios”.
“Experimenten el amor en sus vidas sintiéndose amadas por Dios y
la comunidad a la que pertenecen, para que con esa misma intensidad amen a los
demás, en especial a los más pobres y necesitados”.
“Pidamos a María nuestra Madre, la Madre de Jesús, Madre
nuestra, les acompañe en esta linda experiencia que han comenzado”, agregó
Mons. Arana.
A su vez, con motivo de la celebración del Domingo de La Palabra de
Dios, el Obispo de El Alto recordó a las religiosas que deben ser capaces de
“experimentar en sus vidas” la “presencia y compañía de la Palabra de Dios”.
“Vivan siempre con ese corazón dócil a la Palabra y verán
como Dios irá actuando en ustedes, cambiando y transformando sus vidas
orientando su misión”.
Luego de la homilía cada una de las jóvenes profesaron sus votos
de castidad, pobreza y obediencia y se revistieron con su hábito religioso.
La Hna. Mira Blankertz de origen alemán agradeció “el llamado a
vivir el amor por medio de la consagración a Cristo” y a las personas que
acompañaron ese caminar “con mucha cercanía y a través su ejemplo de vida”.
“Para nosotras la profesión es un regalo de Aquel que nos amó con
amor eterno, un signo de confianza mutuo de servicio y entrega”.
“Con la misma alegría de María, siendo fiel a la voluntad de Dios,
queremos confiar nuestras vidas al Señor, diciendo hágase en mí tal como has
dicho, que este ‘sí’ que estamos dando después de vivir un proceso de
conocimiento personal, de discernimiento, y sobre todo de enamoramiento vaya
creciendo cada día en plenitud de la mano del Señor y de nuestra comunidad”,
expresó la Hermana Blankertz.