Audiencia a los empresarios procedentes de Francia
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Al recibir en
audiencia a un grupo de empresarios procedentes de Francia, que viajaron en
peregrinación a Roma, el Papa Francisco los invitó a que tengan “el olor de las
ovejas” y a interesarse por la vida de sus propios colaboradores, preocupándose
por sus dificultades y esperanzas, puesto que "la autoridad es
servicio"
Llamándolos
“queridos amigos” el Santo Padre dio su bienvenida, después de mediodía en la
Sala Clementina del Palacio Apostólico y tras pedir disculpas por su retraso, a
una delegación de noventa empresarios de Francia con motivo de su peregrinación
a Roma sobre el tema del “bien común”. Tras agradecer las palabras del
arzobispo Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon que acompaña a este grupo, el
Papa dijo que le parece muy bello y valeroso que, “en el mundo actual, a menudo
marcado por el individualismo, la indiferencia e incluso la marginación de las
personas más vulnerables, algunos empresarios y líderes empresariales tengan en
su corazón el servicio de todos y no sólo de los intereses privados o de los
círculos restringidos”.
Francisco
aprovechó la ocasión para compartir algunas enseñanzas del Evangelio a fin de
“ayudarlos a desarrollar su papel de líderes según el corazón de Dios”.
Ideal y realidad
Tomando
dos binomios, dos pares de conceptos “que parecen estar siempre en tensión,
pero que el cristiano, ayudado por la gracia, puede unificar en su propia
vida”, el Pontífice se refirió a los temas de: “ideal y realidad; autoridad y
servicio”.
Relatando
que hace unos días evocaba ese "choque” que todo cristiano experimenta a
menudo “entre el ideal que sueña y la realidad que encuentra”, el Papa,
refiriéndose a la Virgen María – quien se vio “obligada a dar a luz al Hijo de
Dios en la pobreza de un establo” – aludió glosando su homilía del primer día
del año dijo: “Esperamos que todo vaya bien y después llega un problema
inesperado, como un rayo. Y se produce un choque doloroso entre las
expectativas y la realidad". Por lo tanto:
“La búsqueda del bien común es para ustedes un motivo de
preocupación, un ideal en el marco de sus responsabilidades profesionales. Por
lo tanto, el bien común es ciertamente un elemento determinante en su
discernimiento y de sus elecciones como como dirigentes, pero debe ajustarse a
las obligaciones impuestas por los sistemas económicos y financieros vigentes,
que a menudo no tienen en cuenta los principios evangélicos de la justicia
social y de la caridad”
De
ahí que el Papa haya dicho que se imagina que su tarea les pese, y que su
conciencia “entre en conflicto” cuando el ideal de justicia y de bien común que
querrían alcanzar no ha podido realizarse, y que “la dura realidad” se les
presente como una “falta, un retroceso, un remordimiento, un choque”. Por esta
razón afirmó Francisco”
“Es importante que puedan superar esto y vivirlo con
fe, para poder perseverar y no desanimarse”
De
hecho, María, prosiguió diciendo el Pontífice, ante el "escándalo del
pesebre", no se desanimó ni rebeló, sino que “reaccionó custodiando y
meditando en su corazón, demostrando una fe adulta, que se fortalece con la
prueba”.
Autoridad y servicio
El
segundo binomio al que se refirió el Obispo de Roma fue el de “autoridad y
servicio”. En este punto el Papa recordó que “la misión del dirigente cristiano
se asemeja, en muchos aspectos, a la del pastor, del que Jesús es el modelo, y
que sabe ir delante del rebaño para indicar el camino, sabe estar en el medio
para ver lo que ocurre allí, y también sabe estar detrás, para asegurarse de
que nadie pierde el contacto”.
Olor a oveja
El
Papa destacó que a menudo exhortpo a los sacerdotes y a los obispos a tener “el
olor de las ovejas, a sumergirse en la realidad de cuantos les han sido
encomendados, conocerlos, hacerse cercanos a ellos. ¡Creo que este consejo
también se aplica a ustedes!”, les dijo. Y añadió:
“Por lo tanto, los animo a estar cerca de quienes
colaboran con ustedes a todos los niveles: a interesarse por sus vidas, a darse
cuenta de sus dificultades, de los sufrimientos, de las inquietudes, pero
también de sus alegrías, de los proyectos y de las esperanzas”
Cada parte del cuerpo es importante
"Ejercer
la autoridad como un servicio requiere compartirla", subrayó el Papa.
"Están invitados – les dijo – a poner en práctica la subsidiariedad con la
que se valora la autonomía y la capacidad de iniciativa de todos, especialmente
de los últimos", porque todas las partes de un cuerpo son necesarias,
incluso las que parecen "más débiles y menos importantes". Así,
"el dirigente cristiano está llamado a considerar con atención el lugar
asignado a todas las personas de su empresa, incluidas aquellas cuyas funciones
podrían parecer de menor importancia".
“Incluso si el ejercicio de la autoridad requiere
tomar decisiones valerosas, y a veces en primera persona, la subsidiariedad
permite que cada uno dar lo mejor de sí mismo, sentirse partícipe, asumir su
parte de responsabilidad y contribuir así al bien del conjunto”
De ahí la exhortación final del Pontífice a
"mantener la mirada fija en Jesucristo" con "la oferta del
trabajo diario" y a no dudar a "invocar al Espíritu Santo para que
guíe sus decisiones". Francisco se despidió con su bendición y pidiéndoles
que, por favor, no se olviden de rezar por él.
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