No hagas grupitos, esa es la espiritualidad de la ‘carcoma’, que hace caer la fuerza de una comunidad religiosa
Al recibir en
audiencia a los miembros del capítulo general de los Clérigos Regulares
Teatinos, el Papa Francisco invitó a estos religiosos, cuyo fundador es San
Gaetano Thiene, a profundizar en su identidad, comunión y misión, evitando
cualquier forma de charlatanería. Y les pidió que se cuiden mutuamente
siguiendo las huellas de su fundador, "sin esquemas rígidos" y
"con corazón apostólico"
En
su audiencia a los participantes en el capítulo general de los Clérigos Regulares
Teatinos, a quienes recibió esta mañana en la Ciudad del Vaticano, el Santo
Padre hizo un pequeño salto al pasado. En efecto, Francisco recordó la fiesta
de San Cayetano que ce celebra cada 7 de agosto y que, en Buenos Aires, ciudad
donde el fundador de los Teatinos es muy querido, es muy concurrida. "La
gente lo venera y le reza como patrono del pan y del trabajo", explicó el
Papa. Un recuerdo que se entrelazó con la reflexión sobre el tema del capítulo
general centrado en la misión y la actualización del carisma teatino para
responder a los desafíos de este tiempo.
El
Papa recordó la labor de San Gaetano y sus compañeros al afirmar que se trata
de: “una fraternidad sacerdotal apostólica" arraigada en la vida
espiritual y en la caridad concreta, que "hizo crecer ese hospital de
campaña de la Iglesia que también se necesita hoy". Por esta razón les
dijo textualmente:
“Los animo a seguir sus pasos, con docilidad al
Espíritu, sin esquemas rígidos – otra cosa, cuidado con la rigidez porque la
rigidez es una perversión que viene precisamente del clericalismo, es otra cosa
fea y bajo cualquier rigidez hay podredumbre, siempre – sin esquemas rígidos,
pero firmemente arraigados en las cosas esenciales: la oración, la adoración,
la vida en común, la caridad fraterna, la pobreza y el servicio a los pobres.
Todo ello con un corazón apostólico, con la buena inquietud evangélica de
buscar ante todo el Reino de Dios”
La carcoma de la charlatanería
En
sus indicaciones, hablando espontáneamente, el Pontífice les sugirió la fuerza
de una comunidad religiosa: la franqueza y el cuidado. “Hermanos – les dijo –
la mayor plaga en una congregación religiosa, en una comunidad religiosa, es
cuando los hermanos no se cuidan los unos a los otros o, mejor dicho, cuando
empieza la cháchara”. De ahí su consejo:
“Sean hombres consagrados, hombres del Evangelio, pero
hombres. Si tú tienes algo en contra del otro... ten los pantalones para
decirle las cosas a la cara o para callarte. O ese otro criterio, decírselo a
quienes pueden remediarlo, es decir, a los superiores. Pero no hagas grupitos,
esa es la espiritualidad de la ‘carcoma’, que hace caer la fuerza de una
comunidad religiosa. Nada de charlatanería, por favor”
Cada santo es una misión
"Un
salto cualitativo", "una vocación dentro de la vocación" o
"una segunda conversión" es el aspecto que el Papa los invitó a mirar
en la vida de San Gaetano y en la de otros santos. Es el paso a una vida plena,
ese "plus" que viene del Espíritu Santo.
"Este
salto cualitativo es el que hace crecer no sólo la vida personal de ese hombre
o mujer, sino también la vida de la Iglesia. Es lo que, en cierto sentido, la
‘reforma’, la purifica y hace aflorar su belleza evangélica". El llamamiento del Papa fue el de dar testimonio de
este "Evangelio vivo" porque la vida es un camino hacia la santidad.
“San Gaetano Thiene también nos muestra que 'cada
santo es una misión'. Cada santo es un proyecto del Padre para reflejar y
encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio”
Cada
santo encarna, pues, “un método” para traducir, en la realidad en la que vive,
el dinamismo espiritual del propio Evangelio, añadió Francisco.
De
la reforma, el Papa les dijo que "debe empezar por uno mismo", por
ser el primer punto para definir la identidad. Fue ésta una de las tres
palabras clave que les sugirió el Santo Padre en su reflexión. Mientras al
repasar la vida de San Gaetano, recordó su trabajo en la curia papal, en el
Oratorio del Divino Amor y en el cuidado de los enfermos: un testimonio de una
vida plena.
“Este es el camino: empezar por uno mismo para vivir
el Evangelio con más profundidad y coherencia. Todos los santos nos muestran
este camino. Son los verdaderos reformadores de la Iglesia. O más bien: es el
Espíritu Santo quien forma y reforma la Iglesia, y lo hace a través de la
Palabra de Dios y de los santos, que ponen en práctica la Palabra en su vida”
Comunión y misión
La comunión es el otro principio rector que mencionó el Obispo de Roma. El Espíritu llama a hacer comunidad, es una vida cristiana hecha de muchos gestos cotidianos, un lugar "para cuidar los pequeños detalles del amor, donde – leemos en la exhortación apostólica Gaudete et exsultate – los miembros se cuidan mutuamente y constituyen un espacio abierto y evangelizador. Es un lugar de la presencia del Señor resucitado que lo santifica según el plan del Padre".
El protocolo de Jesús
Por último, el Papa les habló de la misión, subrayando
la contribución de San Gaetano en la evangelización de Roma, Venecia y Nápoles,
"a través del testimonio de su vida y de las obras de misericordia”,
poniendo en práctica “el gran protocolo" que Jesús nos dejó con la
parábola del juicio final, en Mateo 25.
Benedetta
Capelli – Ciudad del Vaticano
Vatican News