Un mes después de que concluyese la erupción, dos religiosas se trasladarán a la isla este fin de semana
| Foto: Nivariense Digital |
La congregación va a mandar este fin de semana a dos religiosas para iniciar en la isla un proyecto de escucha y acompañamiento con los más afectados por el volcán, justo cuando se cumple un mes desde que se declarara oficialmente apagado.
«En aquel momento había todavía mucha confusión e incertidumbre sobre lo que podría venir después, pero empezó a surgir un nosotras un deseo de colaborar en la fase de reconstrucción a nivel humano y espiritual, además de en todo lo que se necesite», añade. Ahora, con este proyecto, «queremos acercarnos a las personas y conocer de primera mano sus problemas reales», dice.
Para ello, durante todos estos meses han estado en contacto con el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, así como con los arciprestes de las zonas afectadas y con el párroco de Todoque, la parroquia más dañada. «Estamos viviendo una experiencia de comunión muy bonita –explica María del Carmen Polo–. En este contexto sinodal, vivimos un caminar juntos que se hace patente en actos concretos».
De las dos religiosas implicadas en el proyecto, una ha sido misionera durante años en Bolivia y otra tiene una larga experiencia en iniciativas junto a los más desfavorecidos. «Están acostumbradas a acercarse al pueblo sencillo, a sus problemas y a sus dolores» señala Polo.
En este sentido, «no vamos con una intención predeterminada, sino que vamos a escuchar y luego responder a lo que vaya surgiendo. Habrá necesidades de todo tipo, materiales pero también muchas otras». Por eso, en medio de tanto duelo por tantas pérdidas, «hay mucho que reconstruir y mucho que escuchar. Queremos devolver la esperanza, y que nadie se sienta solo».
Jorge
Concepción, arcipreste de las parroquias afectadas y delegado diocesano de
Cáritas, señala que «recibimos a las Hijas de la Caridad como un regalo. Desde
el principio se ofrecieron y se pusieron a nuestra disposición. Estamos
abrumados por tanta generosidad», afirma.
El sacerdote
valora también el apoyo de los camilos, «que vienen a dar unos cursos y a
potenciar el acompañamiento a tanto duelo». Estos ofrecimientos «son algo
maravilloso, y una estupenda experiencia de comunión».
Juan
Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente:
Alfa y Omega